Todo a punto en la trampa para neutrinos cósmicos de la Antártida
Un extrañísimo telescopio ha empezado a funcionar a pleno rendimiento en pleno polo Sur tras varios años de instalación y pruebas. Su meta es detectar sistemáticamente neutrinos cósmicos, es decir, procedente de zonas muy lejanas del espacio. Estas partículas de alta energía, con masa nula o muy pequeña, atraviesan la Tierra sin apenas interactuar con nada y resultan dificilísimas de detectar. El detector Amanda, construido en la base Amundsen-Scott estadounidense, es un proyecto de Estados Unidos, Suecia y Alemania. Lleva construyéndose siete años y todavía será ampliado el año que viene, pero ahora es cuando se considera lo suficientemente avanzado el proyecto como para empezar a hacer trabajo científico en serio.El telescopio consiste en largos cables con grandes bolas de cristal, ensartadas en él como cuentas de un collar, que se dejan caer formando círculos concéntricos en agujeros muy profundos (de hasta 2,4 kilómetros) perforados en el hielo limpísimo y casi perfecto de la Antártida. Ahora mismo están instaladas 422 de estas bolas especiales que actúan como fotomultiplicadores.
Agujeros negros
Se supone que las fuentes de los neutrinos cósmicos son fenómenos superenergéticos del universo, como supernovas, agujeros negros, cuásares, estallidos de rayos gamma o estrellas de neutrones. Se espera que las bolas del telescopios detecten los cortísimos destellos azulados producidos por los muones, partículas que se crean cuando los neutrinos chocan con otras partículas subatómicas. Estos destellos deben proporcionar información sobre la zona del cielo de donde proceden los neutrinos para así poder clasificarlos. Miles de millones de neutrinos atraviesan la Tierra continuamente, pero muchos proceden del Sol o de la propia atmósfera terrestre, donde los crean los rayos cósmicos y solares al impactar en ella.
Amanda ya ha empezado a detectar estos neutrinos de menor interés, lo que prueba que funciona. "Tenemos el aparato afinado hasta el punto de que lo que estamos viendo son realmente neutrinos", ha explicado Francis Halzen, uno de los científicos del proyecto. "Pero la mayoría de los sucesos detectados corresponden a neutrinos atmosféricos. Tenemos que buscar ese suceso entre 10 millones que nos interesa".
Así y todo, los neutrinos detectados ya por Amanda son los más energéticos captados hasta el momento. La caza del neutrino cósmico se ha intensificado en los últimos años con varios detectores, situados en lugares profundos o en el mar, con el objetivo de abrir una nueva ventana de observación astronómica, al poder ligarlos a sus fuentes.
Amanda está liderado por la Universidad de Wisconsin (EEUU) y financiado en gran parte por la National Science Foundation de EE UU, que ha apostado por proyectos científicos especialmente indicados para la Antártida, a pesar de sus difíciles condiciones de vida y trabajo.
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