La crisis financiera redujo a la mitad el crecimiento económico de Latinoamérica
La crisis financiera internacional ha puesto nuevamente de manifiesto la desigual posición de las diferentes economías en el tablero mundial. Mientras que, por ejemplo, Estados Unidos cerró el año pasado con un crecimiento histórico, en el conjunto de Latinoamérica éste se redujo más de la mitad, desde el 5,3% de 1997 al 2,5% de 1998, según las estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que ayer inauguró su 40ª asamblea en París. Para 1999 las previsiones de los expertos son pesimistas. Coinciden en que la zona no superará, como mucho, el 1%.
El presidente del BID, Enrique Iglesias, y el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, presentes en las sesiones, coincidieron en recalcar que 1999 será peor y pronostican un crecimiento para Latinoamérica del 0% al 1%, una previsión optimista si se compara con algunas estimaciones del sector privado. Las cifras de crecimiento del pasado año pueden ser aún más pobres cuando los datos sean definitivos y los efectos de la crisis financiera en Brasil, que representa más de una tercera parte del producto interior bruto (PIB) de la región, se hayan recogido fielmente en los informes estadísticos. Por si esto fuera poco, algunos países de la zona padecieron durante el pasado año fenómenos naturales devastadores como El Niño y los huracanes George y Mitch. A pesar de todo ello, los déficit fiscales crecieron sólo un 0,8% del PIB, situándose para el conjunto de la región en el 2,5%, lo que da una idea de la profunda austeridad a la que está sometida la población, actualmente de 480 millones de personas.
Los efectos de las turbulencias financieras se han transmitido a las economías de Latinoamérica fundamentalmente a través de dos vías: la caída de los precios de sus principales productos de exportación y la reducción del volumen de capitales externos llegados a la región, con su consecuente encarecimiento.
El efecto combinado de todos estos factores ha sido una reducción de las reservas internacionales de divisas en la zona, una pronunciada subida de los tipos de interés y una enorme presión sobre los tipos de cambio de sus monedas.
Respecto al primer punto, el informe del BID recoge detalladamente la brusca caída de precios de las materias primas registrada durante el pasado año. El caso más notable es el del petróleo, que vio reducido su precio nada menos que un 31% durante 1998. Pero no es el único. El cobre ha bajado ya un 30% desde finales de 1997, un 31% el azúcar, un 24% el trigo y un 43% el café.
Caída de las exportaciones
A modo de balance, el efecto sobre el conjunto de las exportaciones de la región fue una caída del 5,2% de sus precios. En algunos países exportadores de petróleo, como Venezuela, la caída de ingresos fue equivalente al 7% de su PIB. En Chile la reducción equivale al 3% del PIB. La reducción en la entrada de capitales ha sido del 20%, al pasar de 79.600 millones de dólares en 1997 a 64.000 millones durante el último año. Para evitar la huida de esos capitales, los países han debido incrementar sus tipos de interés y pagar más para seguir teniendo acceso a los mercados internacionales de capital.
El caso más notable de subidas de tipos de interés ha sido el de Brasil, que ha pagado en concepto de intereses de su deuda pública externa el equivalente al 8% de su PIB.
Desempleo
El informe del BID, que en 1998 realizó préstamos de 10.000 millones de dólares en la región, concluye reflejando que el desempleo se agudizó en algunos países de la zona, alcanzando un promedio del 8% de la fuerza laboral, una cifra que algunos consideran incluso poco realista. Los países más afectados por el crecimiento del desempleo han sido Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela.
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