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Boliden achaca la rotura de su balsa minera a "deficiencias" en el proyecto de Dragados

Los dueños de la mina de Aznalcólar se creen libres de responsabilidad en el vertido tóxico

Alejandro Bolaños

"Creemos que esto libera a Boliden de cualquier responsabilidad directa en el accidente". Ésta fue la conclusión que sacó ayer Anders Büllow, presidente de la empresa sueco-canadiense, del informe que encargó a la consultora de ingeniería Principia-EQE sobre las características de la balsa minera que reventó el pasado 25 de abril. El estudio contratado por la propietaria de la explotación de Aznalcóllar indica que "el fallo en la presa de estériles" se debió a "deficiencias en el proyecto original", elaborado en 1978 por Intecsa, entonces filial de Dragados y Construcciones.

La rotura del depósito de residuos provocó hace más de diez meses el vertido de millones de metros cúbicos de agua ácida y y lodo tóxico: una marea que arrasó el valle del río Guadiamar. La balsa y toda la explotación de Aznalcóllar pertenecen desde 1987 a Boliden, pero el gigante sueco-canadiense mantiene que ser el dueño de la mina no le convierte automáticamente en el primer culpable del desastre ecológico. "La responsabilidad del accidente se transfiere de Boliden a empresas externas", sostuvo Anders Büllow, tras presentar el estudio de Principia EQE.En octubre fue la consultora Eptisa, también contratada por Boliden, la que aseguró que la rotura del dique de la balsa se debió a un deslizamiento horizontal de las arcillas (margas azules) sobre las que se asienta la presa. El informe presentado ayer por Joaquín Martí, catedrático de la Escuela de Ingenieros de Minas de la Politécnica de Madrid trata de dar respuesta al interrogante que le plantea Boliden: "¿Existieron errores en el proyecto original?".

La respuesta de Martí al "encargo recibido" es contundente: el estudio de la consultora Principia-EQE señala "tres deficiencias" en el proyecto elaborado en 1978 por la Intecsa, empresa entonces perteneciente a Dragados y Construcciones, que inició la contrucción de la presa. El catedrático considera, primero, que hubo "errores" en el cálculo de las presiones que actuaban sobre la pared de la balsa.

Subsuelo

Martí concluye también que el ángulo de rozamiento que oponía la capa subterránea de arcillas al empuje horizontal de los residuos sobre la pared de la balsa era menor (18º) al que estimó Intecsa (25º) en su estudio. Y por último, cree que "los proyectistas" no tuvieron suficientemente en cuenta el "carácter frágil de las margas", las arcillas sobre las que se asentaba la balsa."Estas deficiencias contribuyeron al fallo de la presa de estériles", indica Martí en su informe en el que asegura que "si se hubiese realizado un diseño más conservador", la rotura "no tenía por qué haber ocurrido". El catedrático resalta que ninguna de estas supuestas carencias se resolvió cuando la empresa Geocisa (que también pertenece al 100% a Dragados) realizó en 1996 un estudio sobre la estabilidad de la balsa por encargo de Boliden. Los dueños de la mina querían ampliar la capacidad del depósito para almacenar los residuos de una nueva explotación (Los Frailes) y Geocisa dio luz verde al recrecimiento de las paredes.

"Por lo que yo sé, no hubo causas externas, como terremotos o grandes avenidas, que incidieran en el accidente", dijo Martí ante los medios de comunicación. El desastre natural fue una de las primeras explicaciones que aventuró Anders Büllow a los pocos días de la rotura de la balsa.

El abogado de Boliden, Carlos Loring, resumió la nueva posición de la empresa: "Nosotros no construimos la balsa y por tanto, al menos en primera instancia, no somos responsables". Loring indicó que el informe ya está en manos de Celia Benhadj, la juez que instruye el caso.

La empresa señalada por Boliden, Dragados y Construcciones, se limitó a restar importancia a la acusación -"se basa en un encargo", recalcaron fuentes de la constructora- y se remitió a las conclusiones del informe (aún incompleto) de los peritos judiciales sobre las causas de la rotura.

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