Los combates en el norte de Kosovo expulsan de sus hogares a más de 9.000 personas
Los esfuerzos por conseguir la paz en Rambouillet no consiguen apagar el ruido de la guerra en Kosovo. En medio de la nieve, miles de kosovares abandonan de nuevo sus hogares para huir de los combates. La organización de la ONU para los refugiados (ACNUR) informó en Ginebra de que en la última semana se ha producido la mayor huida masiva del año, con más de 9.000 desplazados. Según fuentes serbias, cinco policías y un fotógrafo de prensa resultaron heridos por disparos de guerrilleros albaneses (ELK). La agencia del ELK informó que un combatiente albanés sufrió heridas.
Casi al mismo tiempo que expiraba el plazo para el final de la conferencia de paz de Rambouillet, en Kosovo se producían combates esporádicos entre la guerrilla kosovar (ELK) y las Fuerzas Armadas serbias. No cesaba el ruido de disparos de armas automáticas, de morteros e incluso de carros de combate. En Buzos, cerca de Vucitrn, donde el lunes ya habían librado combates serbios y kosovares, la lucha se prolongó ayer durante todo el día, tras un periodo de calma al mediodía. Se podían escuchar los disparos de cañones y carros de combate del Ejército yugoslavo, a los que respondían las armas automáticas del ELK. Según la versión kosovar, sólo tuvieron un herido entre los suyos. El Centro de Información serbio de Pristina declaró que resultaron heridos cinco policías serbios y un fotógrafo de una agencia internacional de prensa. Añade esta versión que el ELK atacó con morteros y armas automáticas. Las fuerzas serbias respondieron a los ataques de los terroristas, que huyeron hacia las montañas.En Pristina, el jefe del Gobierno provisional serbio de Kosovo, Zoran Andjelkovic, acusó al ELK de atacar a las fuerzas gubernamentales con ánimo de provocar una respuesta y tratar así de montar "una supuesta catástrofe humanitaria". También acusó Andjelkovic a los representantes de organizaciones humanitarias internacionales por denunciar la presencia de "miles de supuestos refugiados albaneses" en el norte de Kosovo.
Desde la sede del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en Ginebra, su portavoz, Kris Janowski, denunció la situación que atraviesan los refugiados kosovares. La reanudación de los combates de los últimos días provocó una ola de más de 9.000 personas desplazadas, que huyen de la guerra por las carreteras nevadas.
Según Janowski, se trata de la mayor ola de refugiados desde comienzos de año. Los combates de esta semana, en el norte de Kosovo, provocaron el éxodo de más de 4.000 personas, que "van de pueblo en pueblo huyendo de las zonas de combate", dijo el portavoz. "La guerra de Kosovo ha producido ya más de 2.000 muertos y de 200.000 desplazados. De éstos, 20.000 huyeron a la vecina Albania; más de 30.000, hacia Macedonia, la república yugoslava donde se esboza ya un conflicto abierto con Serbia, y 7.000, hacia Bosnia-Herzegovina. El año pasado, 100.000 kosovares solicitaron asilo político en diversos países europeos, según datos facilitados por el ACNUR. Centenares de kosovares extenuados y ateridos de frío cruzan la frontera de este país vecino de Kosovo y donde habita un 25% de ciudadanos albaneses. Los refugiados llegan vestidos con pobreza y de una forma del todo inadecuada para las bajas temperaturas. No obstante, los refugiados prefieren soportar esas penalidades a sufrir las consecuencias de la guerra. Katarina Spahiu, una mujer que llegó con un bebé en brazos, declaró que el Ejército yugoslavo llegó a su aldea y huyeron por miedo: "La situación es muy peligrosa. Tenemos miedo de que las tropas nos golpeen y destruyan las casas".
El jefe de la misión de verificadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), el diplomático de Estados Unidos William Walker, declaró: "El alto el fuego parece una broma. Unos y otros se provocan para después poder responder". Según Walker, sería más fácil enumerar los puntos de Kosovo donde se respeta el alto el fuego, porque "la lista sería más corta".
La OSCE protestó contra el maltrato de dos verificadores, un luxemburgués y un letón, a los que un policía serbio golpeó tras apuntarles con una pistola. Los verificadores de la OSCE cumplen su misión desarmados en medio de la guerra de Kosovo.
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