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NUEVO PLAZO PARA KOSOVO

El frustrado intento de repetir Dayton

Aunque el castillo de Rambouillet no es la base áerea estadounidense de Wright-Patterson, en Dayton, los organizadores de la conferencia de paz han hecho lo posible para que la cita resultara un sucedáneo del encuentro en el que el serbio Slobodan Milosevic, el croata Franjo Tujman y el bosnio Alia Izerbegovic firmaron el acuerdo de paz de 1995. Al igual que en Dayton, los negociadores han estado enclaustrados en el edificio, limitados en sus comunicaciones telefónicas, separados radicalmente de los periodistas y sometidos a sesiones intensas de trabajo bajo la supervisión directa de los mediadores internacionales.A juzgar por la calidad del servicio de cocina -la hospitalidad francesa obliga- y de los conciertos de piano que prodigaban algunos miembros de la delegación serbia, la austeridad de Dayton ha recaído esta vez en los cientos de periodistas que han soportado días de nieve y lluvia sin más resguardo que los bares y restaurantes que esperan poder hacer su segundo agosto en la nueva cita del 15 de marzo. Las idas y venidas de los informadores a este pequeño municipio, situado a 55 kilómetros de París, han respondido generalmente al propósito de tener algún contacto con el escenario físico de las conversaciones más que a la pretensión, ilusoria, de obtener información fiable de lo que se cocía en el interior de este castillo, tan utilizado por el general De Gaulle para agasajar a sus huéspedes.

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Salvo el día en que la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, sentó a serbios y albaneses a la misma mesa, las respectivas delegaciones han evitado el contacto personal, obligando a los mediadores a subir y bajar continuamente las escaleras que comunican las salas de trabajo. Las relaciones personales entre ambas delegaciones han sido penosas en los 18 días en que han compartido el mismo techo. Una prueba: un miembro de la delegación albanokosovar denunció haber sido amenazado de muerte por miembros de la delegación serbia. La convivencia forzada en Rambouilliet no ha disuelto, desde luego, el odio que se profesan algunos de los negociadores.

"Excursiones" peligrosas

Excepcionalmente, los organizadores han permitido algunas salidas y, sin duda, los ministros del Grupo de Contacto tienen motivos para arrepentirse de haber autorizado el viaje relámpago que Hashim Thaci, coordinador de la delegación albanokosovar, efectuó el viernes 19 a Eslovenia para entrevistarse con el líder político del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), Adem Demaci. Después de haber dado su conformidad a las propuestas, actitud que permitió a Albright afirmar que la delegación albanokosovar firmaría el acuerdo, Hashim Thaci, regresó a Rambouillet con el mensaje de que no habría acuerdo posible si no se garantizaba un referendo de autodeterminación. Ayer, Hashim Thaci, de 29 años, fue el último miembro de su delegación en aceptar el acuerdo.

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