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NUEVO PLAZO PARA KOSOVO

Serbia se salva de un ataque de la OTAN sin firmar un acuerdo con los kosovares

Después de 17 jornadas de negociaciones intensas, serbios y albanokosovares alumbraron ayer en el castillo de Rambouillet, bajo la presión sostenida de la comunidad internacional, un pobre y frágil compromiso verbal limitado a la instauración de una amplia autonomía en Kosovo. Los países del Grupo de Contacto -Alemania, EEUU, Francia, Reino Unido, Italia y Rusia-, promotores de las negociaciones, fían ahora la consecución de un verdadero acuerdo de paz a la celebración de una conferencia -Rambouillet Dos- convocada ya para el 15 de marzo último.

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Ese nuevo encuentro, que tendrá lugar ante los mismos mediadores internacionales y en el mismo escenario del castillo de Rambouillet, debe servir para consensuar los espinosos asuntos pendientes y suscribir el acuerdo en sus dos vertientes política y militar. El panorama no resulta muy alentador, por mucho que la versión optimista esgrimida en la tarde de ayer por los ministros de Exteriores francés y británico, Hubert Védrine y Robin Cook, respectivamente, sitúe el desenlace de la conferencia en la perspectiva de un proceso "histórico" de paz sobre el que ya se han asentado las bases.Las circunstancias en que se llegó a ese acuerdo de base no suscrito y las noticias de los choques armados y de los problemas de los verificadores de la OSCE que llegan de Pristina tampoco contribuyen al optimismo. Con todo, el presidente francés, Jacques Chirac, se felicitó por el hecho de que "la voz de la razón haya comenzado a prevalecer". Más discreto en su valoración, el secretario general de la OTAN, Javier Solana, convocó a las partes a aceptar la totalidad del plan de paz, al tiempo que mostraba su determinación a poner fin al conflicto. Tras limitarse a comentar que "se ha salido del impasse", la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, cargó sus críticas contra la actitud de la delegación serbia, a la que acusó de "tergiversar y no contribuir a la búsqueda de una solución".

La hora fatídica de las tres de la tarde de ayer, en la que expiraba el último plazo suplementario otorgado por los mediadores, se cumplió en medio de una situación confusa, sin que ninguna de las partes hubiera suscrito en su totalidad ninguno de los dos textos presentados. Al final, la delegación serbia dio su conformidad a la propuesta política, pero mostrando expresamente sus objeciones al nuevo párrafo que los mediadores internacionales habían incorporado al texto en un intento postrero de obtener la firma de los muy divididos representantes albanokosovares. El nuevo texto establece que, al término de los tres años de autonomía kosovar, el Grupo de Contacto promoverá una conferencia internacional y establecerá "mecanismos para determinar la voluntad del pueblo albanés". En el párrafo no se cita la palabra "referéndum", término tabú para los serbios, pero la delegación albanokosovar tardó una hora más en comprender las ventajas teóricas de la fórmula y en descubrir que el gesto de los representantes de Belgrado de firmar, aunque con objeciones, una de las propuestas les presentaba ante la opinión pública internacional como los primeros responsables del fracaso. La delegación albanokosovar aceptó comunicar su conformidad a las propuestas política y militar, pero reclamó un plazo de 15 días para poder consultar a sus bases en Kosovo, muestra de la división de los partidarios del primer ministro de la provincia, Ibrahim Rugova, y a los jefes del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK). A su vez, los serbios contrarrestaron la situación reiterando el anuncio hecho por el presidente serbio, Milan Milutinovic, de que están dispuestos a discutir "la extensión y la naturaleza de la presencia internacional en Kosovo", una declaración que no compromete su rechazo al despliegue bajo el mando de la OTAN.

Los mediadores internacionales optaron por salvar lo posible del consenso -no hay objeciones en el 95% del texto autonómico- e impulsar dentro de tres semanas el proceso de negociaciones iniciado en Rambouillet. El ministro de Exteriores francés, Hubert Védrine, subrayó que en esa segunda fase del proceso de negociación será imprescindible que el "acuerdo provisional sea cerrado y suscrito en su integridad". "Las bases para ese acuerdo existen", enfatizó. El pesimismo se basa ahora en el temor de que difícilmente pueda lograrse en Belgrado y en Kosovo lo que no ha podido conseguirse en Rambouillet bajo la presión internacional. Obtener la reducción de efectivos y el desarme parcial del Ejército yugoslavo en Kosovo y la autodisolución del ELK plantea dudas, dado el peso adquirido por estos últimos y las campañas emprendidas por los primeros días atrás. La OTAN anunció en la tarde de ayer que continuará con sus dispositivos de despliegue en Kosovo o de bombardeos sobre objetivos militares serbios, en función del desenlace de Rambouillet Dos.

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