La Torre de Don Borja acoge fondos arqueológicos del Lázaro Galdiano

Una exposición de 70 objetos de considerable valor arqueológico fue inaugurada ayer en la Torre de Don Borja, sede de la Fundación Santillana. La muestra incorpora fondos procedentes del Museo Lázaro Galdiano, de Madrid, que salen por primera vez al exterior de una forma conjunta. La colección, que permanecerá hasta abril, incluye orfebrería, bronces y esculturas.

El director general de Bellas Artes, Benigno Pendás, resaltó en el acto el valor de las fundaciones. "Es el futuro de la cultura española", dijo. Calificó la Lázaro Galdiano como "una de las instituciones de cabecera del Ministerio de Educación y Cultura" y aseguró que "desde el ministerio se valora mucho" lo que se hace en la Fundación Santillana. "Las exposiciones que se montan aquí, con excelente criterio y gusto exquisito, nos han tentado muchas veces a llevarlas a otros lugares. Por tanto, no es difícil reconocer el trabajo que aquí se realiza y su muy fecunda aportación a la cultura española", apostilló.Al recordar la figura de Lázaro Galdiano, Pendás rindió homenaje a los mecenas españoles, a quienes, en su opinión, "se debe una mejor legislación fiscal para que cumplan con su labor".

El vicepresidente del patronato de Santillana, Francisco Pérez González, tuvo un recuerdo para el hasta ahora director, Aurelio García Cantalapiedra, y dio la bienvenida a Carmen Castro, que le sustituye.

Las 70 piezas que se exhiben hasta abril en la Torre de Don Borja (Santillana del Mar) han sido seleccionadas entre una colección de 300. La muestra incluye creaciones de anónimos orfebres, bronces, esculturas y otros objetos.

La labor de los investigadores para datar las piezas de la colección Lázaro Galdiano sigue siendo difícil debido a la desparición, durante la Guerra Civil, de archivos y documentos clasificados por el mecenas. Este coleccionista legó al morir su impresionante patrimonio artístico y cultural al Estado.

Sí se conoce, en cambio, la antigüedad de las piezas que se exponen en la Torre de Don Borja, numerosas esculturas con soporte de bronce, joyas labradas en oro y plata, exóticas hebillas y capiteles califales e hispano-musulmanes.

Entre las obras expuestas destacan un jarro tartésico de cabeza zoomorfa y en bronce que data del siglo VI antes de Cristo y una diadema en oro, vestigio de la cultura de los castros que tuvo su cuna entre los límites de Galicia y Asturias. Otras dos joyas similares se guardan en el Louvre de París y en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.