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GOLPE A LA GUERRILLA KURDA

Ocalan declara, maniatado y bajo custodia, que está "al servicio de Turquía"

Juan Carlos Sanz

ENVIADO ESPECIALAturdido y maniatado, con los ojos vendados y bajo los evidentes efectos de haber sido sedado, el líder de la guerrilla kurda, Abdalá Ocalan, ha asegurado tras su detención por los servicios secretos de Ankara que "está al servicio de Turquía". En unas imágenes grabadas en el avión que le trasladó la noche del lunes al martes desde Kenia, y que fueron difundidas ayer por las cadenas de televisión turcas, el jefe del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) se muestra dispuesto a colaborar con sus captores mientras solicita atención médica.

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El MIT, la poderosa organización estatal que dirige los servicios de espionaje, no ha tardado en atribuirse el mérito de la detención del enemigo público número uno, que ha sido recibida en Ankara, en medio de un gran despliegue de las fuerzas de seguridad, como la gesta más importante del país desde la ocupación militar del norte de Chipre en 1974."Si se me brinda una oportunidad serviré a Turquía, amo a Turquía, mi madre es turca, amo a este país", es una de las frases inconexas del líder guerrillero, derrotado y postrado en la cabina del avión, entre gestos en los que parece pedir clemencia ante eventuales torturas. Varios miembros del MIT, y otra persona que parece ser un médico, preguntan poco después a Ocalan sobre su salud, después de que el detenido se quejara de sufrir un "fuerte ardor" de estómago. Antes de que termine la grabación, los agentes turcos, que llevan su rostro cubierto, le invitan a que colabore y a que responda a sus preguntas.

Estas confusas declaraciones de un hombre que ha desafiado al Estado turco desde hace un cuarto de siglo deben enmarcarse dentro del triunfalismo que destilaba ayer toda la prensa turca tras la captura del jefe del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), atribuida en exclusiva a los servicios de espionaje de Ankara, para recalcar la derrota de un enemigo que hasta ahora parecía imbatible.

Turquía se prepara así para el juicio del siglo. Las autoridades confían en poder tomar las medidas de seguridad apropiadas antes de trasladar a Ocalan hasta el Tribunal de Seguridad del Estado de Ankara (jurisdicción especial antiterrorista) desde su actual centro de detención en la isla de Imrali, un penal situado en pleno mar de Mármara que ha sido desalojado de todos sus presos para poder recluir al líder kurdo.

Ante las advertencias de los países occidentales, el primer ministro turco, el socialdemócrata Bulent Ecevit, garantizó ayer que Ocalan tendrá un juicio justo y rápido. "Será un proceso justo porque los tribunales son libres e independientes en Turquía", declaró Ecevit a la cadena de televisión CNN. Los Tribunales de Seguridad del Estado, sin embargo, suelen contar con la presencia de jueces militares. Para el jefe del Gobierno turco, no será necesario un largo proceso, ya que "los crímenes del líder del PKK son bien conocidos".

Ocalan tenía hasta ahora abiertos varios procesos en Turquía, en los que estaba siendo juzgado en rebeldía, y en círculos judiciales de Ankara se especulaba con que el detenido podría comparer ante los tribunales antes de que acabe el presente mes. Turquía, sin embargo, ya ha advertido de que no aceptará la presencia de observadores internacionales en la vista. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores afirmó que no será tolerada la asistencia al juicio de letrados que pretendan actuar como "inspectores de la justicia turca", pero también recordó que los procesos son públicos.

Las autoridades turcas rechazaron la entrada al país a la abogada alemana Brita Böhler y a varios juristas holandeses que llegaron el martes a Estambul para intentar participar en la defensa de Ocalan. "Esas personas actúan como militantes del PKK, conocemos sus verdaderas intenciones: perturbar el orden público en Turquía", acusó el mismo portavoz.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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