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El Gobierno ha decomisado en dos años 100.000 partidas de carne por las "vacas locas"

El Gobierno vasco ha tenido que decomisar en los dos últimos años más de 100.000 partidas de carne de otros tantos animales, procedente de diversos países europeos, a pesar de que hasta el momento la encefalopatía espongiforme bovina, más conocida como enfermedad de las vacas locas, no ha registrado ningún caso en el España. Durante 1997 fueron intervenidas por los servicios veterinarios cerca de 16.000 piezas de vacuno y 46.500 de ovino, y el pasado año se contabilizaron unas cifras similares.

La aparición durante el año pasado de 48 casos de encefalopatía bovina en Francia y de 83 en Portugal ha obligado a las autoridades vascas a extremar las medidas para prevenir la introducción de la enfermedad, lo que ha llevado a ejecutar con rigor el embargo decretado para la carne portuguesa. Junto a los países vecinos, Suiza, Bélgica e Irlanda son otros estados afectados por esta medida, que se traduce en evitar la comercialización y en incinerar las partes del animal que se piensa pueden transmitir la infección: médula, bazo y cabeza, principalmente. "Desde que hace seis años se detectó la enfermedad, ha decrecido el número de casos registrados en Gran Bretaña de manera muy importante", señala el director de Salud Pública, Luis González de Galdeano. "De los 37.000 casos de 1992 han pasado a cerca de 1.800 durante el pasado ejercicio". El pasado 20 de noviembre, las autoridades sanitarias vascas pusieron en marcha un protocolo de actuación para detectar la enfermedad por el que en los próximos dos años serán analizados en los laboratorios un millar de cabezas de bovino, 160 de ovino y 40 de caprino. "Nuestros veterinarios, desde abril de 1996 tienen la orden de intervenir todos los animales que llegan al matadero con síntomas de descoordinación propios de la enfermedad", indica González de Galdeano. Las cabezas de las reses se envían para su análisis al laboratorio. "Hasta el momento no hemos constatado ningún caso de encefalopatía espongiforme", asegura el director de Salud Pública. El decomiso de productos cárnicos procedentes de países afectados por la enfermedad comenzó el primer día de 1997, como consecuencia de la directiva europea que entró en vigor en abril de 1996. "Aquel día paralizamos toda la carne belga y británica llegada a Euskadi, tras acordarlo con la Administración central", señala González de Galdeano. Intervenir lo infectado Las intervenciones que se llevan a cabo desde aquella fecha afectan sólo a las partes del animal susceptibles de estar infectadas y sólo al ganado procedente de los países donde se ha detectado el mal de las vacas locas. La incidencia de la encefalopatía espongiforme bovina en las personas ha sido nula durante este tiempo en toda España. La dirección de Salud Pública del Gobierno vasco lleva desde 1993 un registro de los casos de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, una rara patología degenerativa del cerebro que causa la muerte. En los últimos cinco años se han constatado 19 casos: dos en 1993, tres en 1994, ninguno en 1995, seis en el 1996, tres en 1997 y cinco más el pasado año. Pero ninguno es atribuible al contagio de la enfermedad que afecta al ganado y que en el Reino Unido ha causado la muerte a varias decenas de personas. "Diecisiete de los casos registrados en Euskadi son casos esporádicos y dos tenían antecedentes familiares", subraya el responsable del Ejecutivo autónomo. Los esporádicos aparecen sin relación alguna con otras situaciones similares, mientras los familiares cuentan con un componente genético. "La afección de Creutzfeldt-Jakob que ha aparecido en el Reino Unido por su supuesta relación con la enfermedad del ganado es una variante nueva y sólo se diagnostica post mortem", indica. Los casos de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob registrados en Euskadi pertenecen a la antigua variante, por lo que no existe vinculación alguna con el problema surgido en Gran Bretaña.

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