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AUTONOMÍAS / Cataluña

El riesgo de fiar los ingresos al cobro de un solo impuesto

Andreu Missé

El espectacular fracaso que ha supuesto el acuerdo de financiación autonómica del PP y CiU firmado en 1996 está siendo utilizado por algunos partidos para criticar la corresponsabilidad fiscal y en particular la cesión del IRPF a las autonomías. Sin embargo, si se tiene en cuenta el panorama internacional, las causas del fracaso hay que buscarlas en la dirección contraria. El intenso proceso de descentralización del gasto que se ha registrado en España en los últimos años apenas ha tenido paralelismo en los ingresos. Ello condujo a una situación bastante insostenible. Cada vez había unos gobiernos regionales más fuertes, que prestaban más servicios, con más capacidad de gasto y, sin embargo, sin ninguna responsabilidad en los ingresos. La situación creada era bastante perversa. Había un gobierno malo, el Gobierno central, que recaudaba impuestos, y unos gobiernos buenos, los autónomos, que prestaban servicios.

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La cesión del IRPF (primero del 15% y después del 30%) a las comunidades autónomas fue un tímido intento para corregir esta situación. Pero como todas las soluciones a medias, los resultados suelen ser disparatados. Fiar una parte importante de los ingresos a un solo impuesto era muy arriesgado, como se ha demostrado.

En todos los países de estructura descentralizada, los ingresos de los gobiernos subcentrales (regionales, provinciales o locales) se nutren de una participación en varios impuestos estatales además de contar con impuestos propios. Así el riesgo está mucho más repartido. La participación en varios impuestos es el sistema de financiación de los gobiernos de los estados, provincias o cantones en Australia, Estados Unidos, Suiza, Bélgica, Alemania y Canadá.

Arma política

Uno de los aspectos que está perjudicando más la implantación de la corresponsabilidad fiscal es su utilización como arma política. La cesión del IRPF jamás tuvo como objetivo proporcionar unos ingresos extras muy relevantes a las comunidades. Se trataba básicamente de vincular los ingresos fiscales al territorio donde se produce el gasto. Responsabilizar a los gobiernos autónomos con una parte de la recaudación fiscal.El sistema de garantías debería haber impedido que no hubiera grandes ganadores ni perdedores. Pero desgraciadamente esta no fue la interpretación dominante. El sistema nació con un pecado original. Fue el peaje a pagar por el PSOE y el PP para tener el apoyo de CiU. Pujol fue el primero en presentar el acuerdo como una gran ganancia económica.

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