El callejón del gato
1. Hay un debate esencialista en el asunto de la titulización de los costes de la transición a la competencia (CTC) del sector eléctrico, que no es el que está en cuestión pero que es muy significativo: ¿se debe pagar un plus por pasar de una economía intervenida a una liberalizada?; ¿lo deben sufragar los consumidores?; ¿por qué en el sector eléctrico o no en otros? Lo que ocurre es que unas compañías que se han mantenido en un mercado protegido y han obtenido beneficios, necesitan un colchón para asimilar los riesgos de la liberalización y seguir obteniendo dividendos.2. La electricidad es un monopolio natural en el que unas pocas compañías operan en un mercado en el que ofrecen un producto homogéneo que carece de sustitutivos y que tiene un gran número de demandantes. En este mercado no hay libre entrada por razones naturales, por la cuantía de la inversión o por las barreras reguladoras. A las empresas se les han fijado las tarifas, se les ha indicado dónde invertir e incluso cómo financiar las inversiones.
3. El 4,5% añadido que va a ir en las facturas que pagan los consumidores para pagar los CTC, ¿es un recargo?, ¿un gasto?, ¿un tributo?, ¿un impuesto? Esta discusión no es meramente semántica, puesto que según sea la respuesta puede constituir parte del recurso de inconstitucionalidad que han anunciado los socialistas. El artículo 134 de la Constitución, apartado séptimo, dice: "La Ley de Presupuestos no puede crear tributos. Podrá modificarlos cuando una ley tributaria sustantiva así lo prevea". Algunos expertos constitucionales opinan que podría considerarse ese 4,5% como un tributo ("Cualquier carga continua u obligación que impone el uso o disfrute de algo", según el Diccionario de la RAE), aunque no hay unanimidad entre los consultados. Tendría además mala venta la imposición de un tributo para indemnizar a las eléctricas, cuando se acaba de bajar el impuesto sobre la renta.
4. La descalificación de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, presidente de la Comisión Nacional del Sistema Eléctrico (CNSE), ha sido poco afortunada. Es difícil de creer la sospecha de que Fernández Ordóñez actúa por motivos "partidistas", pues siempre tuvo dificultades de entendimiento con su propio partido, el PSOE, al ser uno de los representantes del ala más social-liberal. Esas dificultades le han llevado en más de una ocasión a enfrentamientos con el hoy candidato a la presidencia de Gobierno, José Borrell, con el que no ha funcionado la química. Los rumores sobre la puesta en marcha de un nueva comisión paralela, el recorte del presupuesto de la CNSE para 1999 (que ya tuvo un precedente en 1997), han cargado las sospechas del lado de la Administración, incómoda con la independencia de Fernández Ordóñez. Éste utiliza dialécticamente los escritos de Adam Smith para defender sus posiciones liberales. El padre de la economía como ciencia social, en La riqueza de las naciones, escribe algo muy oportuno estos días: "Aquel... que apoye cualquier propuesta para reforzar este monopolio, adquirirá no sólo la reputación de comprender los asuntos del comercio, sino una gran popularidad e influencia entre aquellos cuyo número y riqueza les confiere una gran importancia. Si, por el contrario, se opone a ellos y, más aún, si tiene autoridad suficiente para desbaratar sus propósitos, ni la probidad más reconocida, ni el rango más alto, ni los mayores servicios a la comunidad pueden protegerle del abuso y la detracción más infame, de los insultos personales y, a veces, del peligro real procedente del odio insolente de monopolistas furiosos y frustrados".
5. Es sorprendente el silencio clamoroso en este debate, hasta el momento, de las compañías eléctricas. Sólo de forma anónima, a través de algunos intermediarios mediáticos, han trasladado sus puntos de vista. Son otros, en el mundo de la política, los que están haciendo el complicado trabajo de convencer de la bondad de la indemnización y de su monetización (¿seguirá el mismo camino RTVE?).
Latino de Hispalis dice a Max Estrella en Luces de bohemia: "Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos [del callejón del Gato] dan el esperpento". El Senado semejaba esta semana, cuando se discutió la titulización eléctrica, a ese valleinclanesco callejón del Gato.
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