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Schröder garantiza a Solana que la Alemania rojiverde será un aliado fiable

Pilar Bonet

El canciller federal alemán, Gerhard Schröder, insistió ayer en disipar cualquier sombra de duda sobre el compromiso del gobierno rojiverde alemán con la Alianza Atlántica en su primer encuentro oficial con el secretario general de la OTAN, Javier Solana, que se celebró en Berlín. "He intentado dejar claro al secretario general que el nuevo gobierno federal alemán estará sin peros a la altura de obligaciones de aliado", dijo Schröder, al término de la entrevista, celebrada en la sede provisional del Gobierno federal, un local donde antaño estuviera el despacho oficial del dirigente germano oriental Erich Honecker.

Solana, que ya se había entrevistado la semana pasada en Bruselas con el ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer, se reunió también con el ministro de Defensa, Rudolf Sharping, con lo que completó la primera toma de contacto con los nuevos responsables de la política exterior alemana.Cualquier preocupación que pudiera haber habido sobre la fiabilidad de Alemania "carece de fundamento", señaló Schröder, que, por lo visto, predicaba a un convencido. Solana agradeció al canciller que hubiera apoyado en el Parlamento alemán la amenaza con el uso de la fuerza en Kosovo como medio de presión sobre el dirigente yugoslavo, Slobodan Milosevic.

La nueva política exterior alemana, que subraya su continuidad con la del canciller Helmut Kohl, pretende hacer hincapié en la defensa de los derechos humanos y potenciar tanto la ONU como la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Schröder reiteró que el uso de la fuerza debe ser monopolio del Consejo de Seguridad de la ONU y manifestó que Alemania participará en la formación del contingente de observadores de la OSCE, así como en la fuerza militar para su protección.

Solana y Schröder coincidieron en la necesidad de mantener la presión sobre Milosevic, para que éste cumpla con su compromiso de retirar las tropas de Kosovo. Con el comienzo del retorno de los refugiados, la obligación de la OTAN es doble, manifestó Solana a esta corresponsal. "Por un lado, hemos de verificar por vía aérea que se cumplen los acuerdos y después garantizar que hay una fuerza de la Alianza desplegada en algún país vecino y dispuesta a ayudar si los verificadores de la OSCE tienen algún problema sobre el terreno". Para mañana, el Consejo de la OTAN tomará la decisión para poner en marcha el despliegue de una fuerza de apoyo, cuyo fin es garantizar la seguridad de los observadores de la OSCE. Solana confirmó que esta fuerza estará sometida al mando de un oficial francés y que Francia tendrá un porcentaje mayoritario de los efectivos humanos.

La toma de posiciones del Ejército de Liberación de Kosovo, que defiende la independencia de la región, no pertenece al ámbito de "responsabilidades directas" de la OTAN, señaló Solana, según el cual "la atmósfera de seguridad que se pueda crear en estos meses será fundamental para que se den pasos en la negociación política".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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