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Votantes sin carné de identidad

Naiara Galarraga Gortázar

Todos los niños que cursan entre 1º y 3º de Primaria en el País Vasco han sido llamados a las urnas. La cita para participar en estos comicios en miniatura, que organiza la comisión de Unicef en Euskadi, es el 21 de noviembre, al día siguiente del 49º aniversario de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño. La campaña electoral ha comenzado ya en los colegios. La fecha de las votaciones no ha sido elegida al azar. Había dos requisitos: que fuera una jornada festiva, porque así ha sido en las últimas citas electorales de los mayores, y evitar a toda costa que fuera manipulada por alguno de los partidos políticos que se disputan las autonómicas del día 25. Los electores -demasiado pequeños para elegir siquiera delegado de clase- deberán optar por uno de los derechos incluídos en la Convención sobre los Derechos del Niño. Marcarán con una cruz el que les parezca más importante y depositarán la papeleta en una urna. Si los involucrados cobraran, cosa que no sucede, el proceso electoral costaría 70 millones de pesetas en total. El Gobierno vasco ha dado 25 millones de subvención y la organización ha recibido otras ayudas económicas de organismos públicos y privados, según fuentes de Unicef. Persisten los contactos para sufragar el resto. Una de las diferencias con las elecciones de los adultos es que en vez de tener un amplio abanico de papeletas, cada uno de los 80.000 pequeños electores censados recibirá sólo una. Deberá marcar con una cruz uno de estos derechos: a la identidad, familia, salud, educación, juego, igualdad, protección, participación, bienestar, paz, los niños primero y solidaridad. La papeleta incluye una breve explicación de qué implica cada derecho. Todo ello, salpicado de dibujos y decorado con vistosos colores. Se garantiza la confidencialidad porque la votación es anónima, pero sí habrá que declarar en qué colegio se estudia, en qué municipio, el sexo y la edad. Estos datos servirán a Unicef para hacer un estudio en profundidad del resultado. Unicef jamás había celebrado en Europa elecciones infantiles de este tipo, iniciativas que sí ha puesto en práctica en diversos países de Latinoamérica y Asia. Se trata de que los niños se estrenen en el ejercicio de la democracia y que los adultos escuchen sus opiniones. Euskadi será el banco de pruebas europeo de esta experiencia porque fueron los representantes de Unicef en el País Vasco quienes primero lo propusieron. Está previsto que elecciones similares se convoquen para el próximo año en otras comunidades autónomas españolas y en otros países europeos, según explicó ayer en conferencia de prensa en Bilbao Consuelo Crespo, responsable de Unicef en Euskadi. El recuento se hará en la sede bilbaína de la organización y los resultados se conocerán "inmediatamente". Unicef elaborará un manifiesto que resumirá la respuesta recogida en las urnas. Será dado a conocer en el Parque Infantil de Navidad, en Bilbao. En estos comicios no habrá candidatos con nombre y apellidos, sino doce derechos de los niños que prácticamente todos los países del mundo reconocen. Estados Unidos y Somalia son los únicos que están fuera del grupo de firmantes de la convención, firma que no implica que los 191 países la cumpla. Para que no haya confusiones -no se espera pucherazo, pese a que estos peculiares electores carecen de DNI- cada niño recibirá una cartilla de elector que le servirá para identificarse en la mesa electoral que le corresponda. Se instalarán un total de 385. Estarán ubicadas en los ayuntamientos o "lugares de fácil acceso para los niños y las niñas". Los colegios electorales estarán abiertos entre las 11 de la mañana y las seis de la tarde. Unos 1.000 voluntarios, entre los que habrá alumnos de Secundaria y miembros de ONG, supervisarán el desarrollo de las votaciones.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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