Trabajar para el "amo"

El amo. Así llama Antonio, a punto de cumplir los 16, al dueño de las tierras que trabaja cada verano desde hace tres. Llegó con su familia a mediados de julio desde Porto Alegre (Portugal), justo cuando empezaba la temporada, que dura dos meses. Desde entonces vive en el campamento de Alcazaba, un revoltijo de ropa, lonas que hacen las veces de techos, y porquería. Sin luz y sin agua potable.En la zona hay seis campamentos como éste y uno más oficial: el de Montijo. Allí tienen su base las 16 personas -entre voluntarios y profesionales- que atienden a 29 familias con 53 niños. La iglesia junto a la que están acampados se convierte estos meses en improvisada guardería, siempre medio vacía porque los niños están en el campo. En los otros campamentos no hay guardería, así que los más pequeños quedan solos hasta la noche.

De los cinco hijos de Sebastián de los Reyes Jiménez, cuatro veían ayer por la tarde la película de El Rey león en su propia lengua. El mayor, de 17, estaba trabajando: "Aquí los niños no pueden trabajar; sólo si tienen 16". Si sus hijos estuvieran en el campo tampoco lo reconocería, según Juan Luis Morgado, de la Federación de la Tierra de UGT, que cada día visita los campamentos.