Unicef pide una investigación sobre la explotación laboral de niños en Badajoz
Chavales temporeros incluso con menos de 10 años recogen cada día 30 cajas de tomates
En la comarca de Vega Baja (Badajoz), unos 200 menores de 16 años "veranean" recogiendo tomate a destajo. La mayoría son portugueses, aunque también los hay de otras nacionalidades. Acuden como temporeros cada año con sus padres y hermanos. La alerta la dió el jueves UGT y ayer Unicef y algunos partidos políticos reaccionaron pidiendo una investigación sobre este caso de "explotación de menores". Unicef recordó que España firmó la Convención de los Derechos de la Infancia, que prohíbe el trabajo infantil.
El Comité español de Unicef pidió ayer a la Inspección de Trabajo que investigue la denuncia de UGT sobre los 200 niños -muchos menores de 10 años- que están trabajando en la recolección del tomate en Badajoz. El director del área de Comunicación de Unicef-España, José Juan Ortiz, recordó que el trabajo infantil va en contra de la Convención de los Derechos de la Infancia, que España ha suscrito, y de las propias leyes españolas.Unicef, agregó este portavoz, quiere hacer un llamamiento general a la población española, que "en esta época y bajo el pretexto de la ayuda familiar, sobre todo en el ámbito del sector servicios, pone a trabajar a los niños". Ortiz añadió que Unicef considera trabajo infantil cualquier jornada de ayuda familiar que sobrepase las dos horas.
Ortiz recordó también que según las estimaciones de los sindicatos el número de menores que trabajan en España podría rondar la cifra de los 400.000.
Los niños temporeros de Badajoz, casi todos portugueses, trabajan como adultos pero cobran la mitad. Aguantan jornadas de diez horas bajo el sol, recogiendo tomates, a cambio de menos de 2.000 pesetas. Sus brazos no les dan para llegar a las 4.000 que ganan sus padres y hermanos mayores.
El sindicato UGT dice que de las 431 personas que ayer trabajaban en los campos de Badajoz, 200 son menores de 16 años. Se levantan a las 6.30 de la mañana y no paran hasta las 13.30, según Cruz Roja, la única organización que les asiste. Pero ahí no acaba su jornada. A las cinco vuelven al tajo y aguantan hasta las ocho. A sus espaldas dejan no sólo un día agotador, sino también 30 cajas de tomates de 28 kilos cada una en los camiones.
El caso ha conmovido también a los partidos políticos. La secretaria primera del Congreso de los Diputados y portavoz de menores del PP, María Bernarda Barrios, dijo ayer que "aunque toda explotación es terrible, ésta resulta miserable". La diputada manifestó que, para evitar que se produzcan situaciones de este tipo, "la Administración debe fijar una serie de medidas" que, según dijo, "deben ser impuestas por los ayuntamientos". Criticó a quienes alegan "que si estos niños no trabajaran, no comerían" y reseñó que es obligación de los gobiernos otorgar ayudas a los menores en esta situación.
Izquierda Unida aseguró que pedirá explicaciones a la Junta de Extremadura. Susana López, coordinadora del área de Migraciones de la coalición, añadió que hay que extremar la vigilancia en estos asuntos.
La Junta de Extremadura descargó la responsabilidad sobre el Gobierno central. El consejero de Bienestar Social, Guillermo Fernández Vara, dijo que la Delegación del Gobierno y el Ministerio de Trabajo están haciendo una absoluta dejación de sus funciones en el control de contrataciones de temporeros en la región y aseguró que la denuncia parte de la investigación realizada en su departamento. Fernández Vara también acusó a los empresarios tanto de contratar directamente a estos menores como de permitir que ayuden a sus padres en las tareas agrícolas.
La Delegación del Gobierno en Extremadura aseguró ayer que la investigación sobre el caso de los niños de Badajoz se pondrá en marcha enseguida. Así lo aseguró Rosario Habela, delegada en funciones, que precisó que el trabajo de menores que es considerado ilegal por la legislación laboral es el realizado por cuenta ajena y remunerado. Este tipo de trabajo, continuó, se da poco en Extremadura. "No creo que la denuncia tenga mucha base", añadió. A su juicio, lo que puede estar ocurriendo en Vegas Bajas es que los menores estén colaborando con sus padres en la recolección del tomate.
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