Garrafón en extinción
El whisky adulterado en bares y discotecas ha descendido de un 30% a un 4% en 13 años
La última inspección municipal lo deja claro: meter de matute en una botella de marca whisky de garrafón o de inferior calidad es un fenómeno cada vez más raro en los bares y pubs de la ciudad. En 1985, fecha en que los técnicos del Ayuntamiento comenzaron a perseguir este atentado contra el estómago, de cada 10 copas que pedía un madrileño, tres iban con sorpresa dentro. Ahora, este 30% ha descendido a un 4%. A pesar de todo, al concejal de Salud, Simón Viñals, todavía le preocupa el asunto: "Seguiremos con las inspecciones porque lo que queda tiene que desaparecer".Los inspectores se centraron en el whisky por ser la bebida preferida de los madrileños. Durante cuatro meses han visitado cerca de 80 establecimientos situados, sobre todo, en Malasaña y los aledaños de la glorieta de Bilbao. Viñals advierte de un cambio en las costumbres que será incorporado en la próxima investigación: "Antes, en los bares de la periferia cercanos a obras, los trabajadores pedían un carajillo; ahora, whisky con coca cola. Vigilaremos que no sea whisky adulterado".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.