Borja-Villel, nuevo director del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona

La larga crisis del Museo de Arte Contemporáneo (Macba) de Barcelona se ha cerrado. Manuel Borja-Villel (Burriana, Castellón, 1957) es desde ayer el nuevo director del Macba. Le avalan nueve años de trayectoria al frente de la Fundación Tàpies y el apoyo de una buena parte del sector profesional. Su incorporación efectiva al museo se realizará a partir de septiembre, pero no podrá apreciarse la nueva línea del centro hasta dentro de uno o dos años, ya que mantendrá el programa comprometido por el anterior director, Miquel Molins.

El consejo general del consorcio del Macba, en el que están representados el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y la Fundación Macba, aprobó ayer el nombramiento de Manuel Borja-Villel. Atrás quedan casi cuatro meses de parálisis -desde que, tras una larga crisis, se rescindió el contrato a Miquel Molins- en los que las dos instituciones han realizado numerosas entrevistas con posibles candidatos a dirigir el museo. Finalmente, el elegido fue Borja-Villel, que ya había sido candidato al cargo hace dos años, antes del nombramiento de Molins. Lo recordó ayer Leopoldo Rodés, presidente de la Fundación Macba, quien afirmó que esta entidad ha acogido «con entusiasmo» el nombramiento y que la decisión se ha tomado absolutamente por unanimidad. Según señaló, la política de compras de obras de la fundación estará supeditada a las decisiones del director, quien podrá participar en la negociación de las mismas.Joaquim de Nadal, representante del Ayuntamiento, afirmó que el consenso había sido total y aseguró que en el futuro el director del museo tendrá toda la responsabilidad artística del museo. Aurora Sanz, representante de la Generalitat, corroboró: «La palabra consenso es inexacta porque ha habido una convicción más que un consenso». Tanto la asociación de artistas visuales de Cataluña como la asociación de galerías Art Barcelona se felicitaron también ayer por el nombramiento. En conclusión, unanimidad total.

El museo con el que se encontrará Manuel Borja-Villel es una nave difícil de pilotar. No sólo por una larga historia de crisis que se remontan a antes de su inauguración y que han marcado negativamente su imagen, sino porque parte de la estructura del centro está ya diseñada. Cuarenta trabajadores -de momento, todos temporales-, un presupuesto para 1998 de 995 millones de pesetas, una colección deslavazada y, de hecho, aún por hacer, y una serie de compromisos de exposiciones que alcanzan hasta mediados del próximo año. Una vez finalice la exposición de Barceló, el 21 de junio, se presentarán -el 15 de julio- dos exposiciones dedicadas a los vídeoartistas Gary Hill y John Baldessari. Para octubre está programada la exposición Arte y acción. Entre la performance y el objeto 1949-1979, proveniente del MOCA de Los Ángeles. En 1999 están comprometidas exposiciones dedicadas a Susana Solano, Perejaume y el grupo Dau al Set.

Manuel Borja-Villel, por su parte, permanecerá durante este verano realizando el traspaso de competencias a la persona que va a sustituirle en la Fundación Tàpies -cuyo nombre seguramente se conocerá la próxima semana-, entidad que abrirá temporada en otoño con una exposición de James Coleman que aún tiene a Borja-Villel como comisario. A partir de septiembre se dedicará ya en exclusiva al Macba. Está previsto que nombre un comité asesor propio con representantes nacionales e internacionales y no se descartan cambios en el equipo del centro.