La revuelta desata la "caza del chino" en Yakarta
Se apiñan en los vestíbulos de los hoteles mientras intentan reservar un vuelo para huir de Yakarta. Están en las esquinas implorando a los taxistas que les lleven al aeropuerto. Y los que no pueden escapar se atrincheran en sus comercios para escudriñar a través de las persianas las calles de una ciudad que de nuevo les señala con el dedo. Para los indonesios de origen chino, un 5% de la población del país, Yakarta se ha convertido en un territorio de muerte.
«Me largo de aquí esta misma noche», asegura Joseph Chun, un hombre de negocios de Hong Kong instalado en Yakarta desde hace dos años. «La situación está fuera de control», confiesa. La violencia contra la población de origen chino, que controla tres cuartas partes de la riqueza del país, ha tenido un papel secundario en las revueltas políticas que han jalonado la historia de Indonesia desde los días de la colonización holandesa. Pero ahora ocupa el centro de la escena en los disturbios que han lanzado a hordas enfurecidas a saquear e incendiar los negocios, casas y vehículos de los chinos de la capital.Los que intentaban huir han tenido que enfrentarse al terror de las turbas que detenían los vehículos que circulaban por la autopista del aeropuerto a la caza de pasajeros chinos. Muchos se preguntan aún cuándo podrán llegar sin peligro hasta una terminal aérea donde todos los vuelos a Singapur y Hong Kong están completos.
Los chinos, cuyos negocios se encuentran repartidos por toda Yakarta, son un blanco fácil para los alborotadores que quieren derrocar a Suharto. La percepción de las injusticias económicas en Indonesia ha exacerbado los sentimientos antichinos en un país donde el 80% de las 163 compañías que cotizan en Bolsa son propiedad de empresarios de origen chino. «Supongo que nos tienen envidia», explica Johan, de 20 años, que vive en el arrasado barrio de Chinatown.
La comunidad china de Yakarta se halla bajo el terror, y sus comerciantes han colgado en sus puertas el cartel de «Pribumi» (indonesio nativo). Pero muchos de sus miembros aún recuerdan el año que vivieron peligrosamente entre 1965 y 1966, cuando Suharto le arrebató el poder a Sukarno. «Los saqueadores mataban entonces a los tenderos chinos, ahora sólo quieren robarles», dice el economista Kwik Kian Gie.
Los chinos no son los únicos que huyen de Indonesia; miles de extranjeros están abandonando el país en un incesante puente aéreo. Más de ochocientos estadounidenses y canadienses -en su mayoría mujeres, niños y ancianos- salieron en la madrugada de ayer en dirección a Bangkok en vuelos especiales desde el aeropuerto militar de Halim, donde las líneas áreas japonesas y australianas han organizado también vuelos suplementarios, según informa la agencia Reuters. El aeropuerto internacional de Yakarta se encontraba ayer abarrotado de pasajeros dispuestos a embarcar hacia cualquier destino. Muchos países occidentales han contratado vuelos charter para evacuar a sus nacionales. Éste es el caso de Holanda, cuya Embajada en Indonesia ha ofrecido plazas en cuatro aviones a los miembros de la colonia española, informa Europa Press. El embajador español, Antonio Segura, declaró ayer a la cadena de radio Cope que «hay 53 eapañoles que han decidido marcharse, pero la situación no es tan grave como para decretar una evacuación».
EE UU, mientras tanto, ha puesto en estado de alerta a 10.000 soldados y a sus buques de guerra en el mar del sur de China para evacuar a sus ciudadanos por vía marítima si la crisis indonesia obliga a cerrar los aeropuertos.
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