Unas prácticas inesperadas

Nunca han pisado América Latina, aunque en las múltiples escapadas virtuales que han hecho en los últimos meses han visitado vía internet numerosos lugares, desde Río Grande a Tierra de Fuego. Mañana volarán, esta vez de verdad, en avión, a Bogotá (Colombia). Las tres semanas transcurridas desde que Elordi, Iker y Eli supieron que habían sido seleccionados entre un centenar de estudiantes de Periodismo de toda España para ejercer de corresponsales en las elecciones presidenciales colombianas no han podido disipar totalmente la incredulidad que desde entonces les embarga. Además van tendrán un padrino colombiano de lujo. El reportero y Nobel de Literatura Gabriel García Márquez es el presidente de una de las fundaciones que ha hecho posible esta aventura. Estaban exultantes. Los tres eran ayer la imagen de la felicidad mientras explicaban en el salón de grados de su facultad, Ciencias de la Comunicación de la Universidad del País Vasco (UPV), cómo se lo han ganado. El pasado noviembre se apuntaron, junto a otros 43 alumnos de la UPV y otra cincuentena procedentes de seis universidades españolas más, al programa Periodismo de Investigación e Internet, promovido por la organización no gubernamental para el desarrollo Fundeso, para despertar en los aspirantes a reporteros la inquietud de informar de modo fidedigno sobre la realidad latinoamericana. En definitiva, que supieran que existen muchas cosas interesantes al margen del narcotráfico, las guerrillas, las corruptelas y los asesinatos políticos. Los tres guardaban la esperanza de ser alguno de los participantes elegidos para hacer prácticas de verano en algún diario latinomericano. De hecho, habrá prácticas en países como Chile o Perú, pero no para ellos. Están pendientes de ser repartidas entre algunos de los que no se han ganado ir a Colombia. Aunque no estaba previsto en un principio, Fundeso llegó a un acuerdo la Fundación Social de Colombia y la Fundación para el Nuevo periodismo Iberoamericano, presidida por García Márquez, para ofrecer este premio Gordo a tres de los participantes. Por si su incredulidad fuera poca, ayer se llevaron la sorpresa de enterarse en plena conferencia de prensa de que en la que será su base de operaciones en Bogotá, el Centro internacional de Prensa Independiente -promovido por García Márquez-, se codearán a diario con los enviados de la flor y nata de la comunicación mundial: The New York Times, Le Monde, The Independent, CNN, etcétera. Iker Merchan fue quien metió a sus compañeras en el asunto de la correponsalía vía internet. Este loco de la red nacido en Berango hace 21 años vio la mágica palabra y decidió apuntarse. Embarcó a otras dos de las alumnas que estudian en euskera 3º de Periodismo en Leioa. Ambas tiene 20 años y son guipuzcoanas. Elordi García, de Lazkao y Eli Pombo, de Zestoa. Desde noviembre los tres han dedicado muchas horas fuera de clase a bucear en internet, recabar información en diarios del otro lado del Atlántico, en páginas web de instituciones y ONGs. Y cada mes han redactado un reportaje conjunto sobre un tema: desde la situación de la mujer en Latinoamérica, hasta el narcotráfico pasando por el sistema de Sanidad en Costa Rica. Con el ajetreo de los últimos días aún no han tenido mucho tiempo para empaparse de la documentación sobre los comicios para elegir al sucesor de Ernesto Samper. Saben que los dos grandes partidos en liza son los conservadores y los liberales, que los resultados de la primera vuelta, el 31 de mayo, no darán mayoría suficiente a ninguno casi con toda seguridad con lo cual no podrán conocer de primera mano quién ganará. La segunda vuelta de las elecciones está previstas para cuando ellos ya estén de regreso totalmente inmersos en los exámenes. Entonces, conocerán la vida y milagros de Horacio Serpa y Andrés Pastrana, los candidatos cuyos nombres ahora ni les suenan. En las últimas horas antes de la partida intentaban encontrar un ratito para ultimar el papeleo del seguro y recoger los billetes de avión. Y es que estos días disfrutan, con un indimulado gozo, de ser los perseguidos por los periodistas. Mañana, preguntarán ellos.