Compromiso para que entre en vigor el Área de Libre Comercio el año 2005

En un Plan de Acción de 34 folios que contiene pocas sorpresas, los 34 presidentes y jefes de Gobierno que asistieron a la Segunda Cumbre de las Américas anunciaron el inicio de las negociaciones para que entre en vigor en siete años más, el 2005, el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el mayor mercado del mundo, con 750 millones de personas y un PIB de unos nueve mil millones de dólares.

El plan con que concluyó la reunión de dos días incluye una financiación de 40.000 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial para fortalecer la educación y la democracia y erradicar la pobreza, y una nueva forma para evaluar la lucha contra las drogas. Una de las principales aspiraciones de los países latinoamericanos, el fin de la certificación unilateral de Estados Unidos sobre la lucha contra el narcotráfico, consiguió su objetivo al determinar los presidentes que corresponderá a la Comisión Interamericana para el Control y el Abuso de las Drogas (CICAD) establecer un proceso único de evaluación gubemamental. Este será de carácter multilateral, "para seguir el progreso individual y colectivo de los esfuerzos hemisféricos y de todos los países participantes de la Cumbre" en el tratamiento del problema.

El inicio de las negociaciones del ALCA se producirá lo más tarde el 30 de junio próximo a través del Comité de Negociaciones Comerciales. Los ministros de Comercio de las Américas deberán haber conseguido "avances concretos" para el año 2000. La iniciativa se complementa con medidas para fortalecer los mercados financieros y la cooperación en ciencia y tecnología y la integración energética, Abundante en promesas y buenas intenciones, el Plan que acordaron los gobernantes se propone en materia de educación que el 2010 todos los niños del continente tengan acceso a la educación básica y tres de cada cuatro adolescentes a la enseñanza media.

El Plan plantea también lograr antes del 2002 una igualdad jurídica entre hombres y mujeres, y la promoción de medidas para combatir el tráfico de menores, la prostitución y la pornografia infantil. Se comprometieron además los gobernantes a modernizar la justicia y a velar por los derechos de los emigrantes.

Ratificaron, asimismo, la necesidad de combatir la corrupción con fondos requisados a mafias y al tráfico de drogas. Convocaron una Segunda Conferencia Especializada Interamericana para evaluar el combate contra el terrorismo.

En el combate contra la pobreza se plantea asegurar que un "número significativo" de los 50 millones de empresas pequeñas y medianas del continente tengan más fácil acceso a la banca en el año 2000, y mejorar la sanidad y la nutrición. El seguimiento de los planes quedó en manos del Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres, formado por los cancilleres, el cual deberá reunirse dos o tres veces al año.

Mientras tanto, la cumbre paralela, la de los Pueblos de América -en la que participaron 800 delegados de 20 países-, entregó a los presidentes una serie de conclusiones entra las que figura la exigencia de una "alianza social continental" frente a un proceso de integración comercial planteado por la cumbre oficial bajo un prisma económico neoliberal.

Según la cumbre paralela, el libre comercio no es capaz, por sí sólo, de superar las graves desigualdades económicas y sociales que existen en los países americanos. Senadores y diputados que asistieron a esta reunión plantearon también una moratoria en la compra de armamento por dos o tres años y una revisión del pago de la deuda externa.