Oleada de protestas en Chile contra Pinochet
Cuando faltan tres días para que el martes 10 el comandante en jefe del Ejército, general Augusto Pinochet, deje la institución cuyo mando ha ejercido durante más de 24 años, a los sectores democráticos de Chile ya no les quedan más iniciativas en la manga para impedir que el militar y ex dictador se apropie de por vida de un puesto en el Senado. El general Pinochet jurará su cargo en la Cámara aIta, junto al resto de los parlamentarios, el próximo miércoles 11, el mismo día en que tiene previsto iniciar sus sesiones la nueva legislatura, según anunció ayer el presidente del Senado a sus colegas.
A los partidarios de la democracia sólo les queda protestar contra la incorporación del ex dictador al Congreso, que él mismo clausuró en septiembre de 1973, con el cruento golpe de Estado que derrocó al socialista Salvador Allende.Además de las concentraciones en Santiago y provincias, actos nocturnos de protesta golpeando cacerolas y encendiendo velas y banderas a media asta, diferentes grupos izquierdistas convocaron incluso un recital de rock contra el general. Ayer hubo tres manifestaciones y, en una de ellas, los familiares de los detenidos desaparecidos acusaron al general de querer ir al Congreso para evitar con el fuero político los juicios en su contra.
El dramático llamamiento a calmar los ánimos que hizo el jueves el presidente Eduardo Frei a los partidos de su coalición, tratando de ordenar las filas al reiterarles que el Gobierno considera "inconveniente" la presentación en la Cámara de Diputados de una acusación constitucional contra Pinochet, no logró convencer al Partido Socialista (PS). Después de rechazar una petición que les hizo el ministro del Interior en el mismo sentido que Frei, el timonel del PS, Camilo Escalona, afirmó que a pesar de la opinión del jefe del Estado presentarán la acusación, pues ésta constituye un juicio político necesario y justo.
También obviaron la llamada presidencial los diputados democristianos autores de la iniciativa, quienes argumentaron que la acusación es contra un actor de la transición, y no constituye un rechazo a todo el proceso. Miembros de la directiva de ese partido, en el cual milita Frei, en cambio, sí valoraron la apelación del presidente, al igual que la Iglesia católica. Desde la derecha, la petición fue elogiada abiertamente y los dirigentes de los dos mayores partidos afirmaron que refleja el sentir general de la población.
Pero la acusación será presentada cuando el general ya esté en su asiento en el Senado, y sólo podría prosperar en la Cámara de Diputados, para estrellarse después con un inexorable rechazo en la Cámara alta, donde por la presencia de los senadores a dedo, la oposición de derechas íntegramente alineada con Pinochet es mayoría.
Tampoco las iniciativas judiciales contra el ex dictador -enfrenta tres querellas en Chile y la acusación de los fiscales progresistas en España por los crímenes cometidos en el régimen militar- pueden frenar su paso al Senado, aunque sí deterioran aún más la imagen de Pinochet.
La apelación al Tribunal Constitucional (TC), en la que se alegará que Pinochet no cumple los requisitos para ser senador, dado que encabezó un Gobierno de facto y por tanto no fue presidente ni hubo república en la dictadura, en el sentido de separación de poderes y elección de autoridades, aún no ha sido presentada a este organismo. Y el TC requiere de 10 días al menos para emitir un fallo, por lo que aún en el improbable caso de que le diera la razón al recurso, Pinochet estará ya en la Cámara alta.
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