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Irán no insistirá en la aplicación del decreto para matar a Rushdie

El Gobierno británico mantenía anoche la cautela ante un supuesto ablandamiento de la posición iraní con respecto a la sentencia de muerte decretada contra el escritor Salman Rushdie en 1989. "Estamos a la espera del informe de Mary Robinson para formular un juicio", declaró un portavoz del Foreign Office refiriéndose a declaraciones formuladas el domingo en Teherán por la titular escocesa de la oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Según versiones procedentes de la capital iraní, Robinson dijo haber recibido indicaciones de que la fatwa decretada contra Rushdie por el difunto padre de la revolución islámica, el ayatolá Jomeini, aunque no puede ser anulada por razones teológicas, el nuevo Gobierno iraní no va a insistir en su aplicación. Robinson hizo esas declaraciones después de una entrevista con el viceministro de Exteriores iraní, Mohamed Javad Zarif.El portavoz británico dijo: "Señales como ésas son alentadoras, pero merecen estudio en un contexto más específico". El Gobierno laborista de Londres está aparentemente decidido a impulsar la causa en favor de Rushdie con mayor ahínco que sus predecesores conservadores. Robin Cook se encargó de transmitir personalmente ese mensaje a Rushdie el mes pasado, cuando el escritor fue invitado a dar por primera vez una conferencia de prensa conjunta con el jefe de la diplomacia británica. Rushdie, que vive desde hace nueve años escondido en algún lugar de Londres bajo la constante protección de los servicios de seguridad británicos, ha sostenido además una reunión privada con el primer ministro, Tony Blair.

Organismo extremista

Aunque existen esperanzas de un giro a la moderación tras la elección del nuevo presidente iraní, Mohamed Jatemí, la cautela británica es comprensible y está dictada por la experiencia: desde la muerte de Jomeini en 1989, autoridades iraníes han expresado interés en anular la recompensa que ofrece la Fundación 15 Khordad, el organismo extremista que ha puesto a la cabeza de Rushdie un precio de 2,5 millones de dólares (unos 375 millones de pesetas). En privado, funcionarios iraníes de alto rango sostienen que la inapelabilidad de la fatwa, o decreto religioso, es relativa. Pero los sectores más radicalizados insisten en que la sentencia es parte del testamento religioso-político contra el autor de Los versos satánicos. "Es imposible evitar la muerte del apóstata y blasfemo", declaró hace poco un grupo de ayatolás de Qom, la ciudad sagrada de Irán. "La flecha ya está en vuelo". Y hace dos semanas, con motivo del noveno aniversario de la fatwa, el principal fiscal de Irán aseguró: "Verter la sangre de Rushdie es una obligación". Analistas políticos observan sin embargo un dato interesante: el periódico teheraní Jameah dijo el sábado que Jatemí está abogando por una revisión de la sentencia emitida contra el periodista Morteza Firduzi, ex director del diario en inglés Iran News, arrestado y condenado a muerte en mayo por espionaje y adulterio.

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