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MEDICINA TROPICAL: FLUJOS DE POBLACIONES

Los especialistas alertan sobre la extensión de las enfermedades de los países pobres

El 95% del dinero para la investigación en biomedicina en todo el mundo se destina a enfermedades que se dan casi exclusivamente en países desarrollados, y que sólo representan el 7% de la "carga total de morbilidad y muerte", según datos aportados recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS).Pero por si los números de los países no bastan para prestar atención a dolencias tan exóticas como el paludismo -que afecta a 350 millones de personas al año y mata a tres millones-, los especialistas apuntan otro motivo: "El mundo va a compartir cada vez más las enfermedades", dice Manel Corachán, recién elegido presidente de la Sociedad Española de Medicina Tropical, constituida el pasado 23 de enero en una reunión en Chinchón (Madrid).

La afirmación de Corachán se refiere al creciente flujo de viajeros. En su servicio hay un aumento lento pero constante de casos de fiebre y diarreas, que a menudo llegan tras un peregrinar de malos diagnósticos, a veces desde otras provincias. En toda España hay sólo cinco unidades hospitalarias especializadas en enfermedades tropicales, generalmente causadas por parásitos.

Son una larga lista de patógenos microscópicos -más de un centenar-, estructuralmente mucho más complejos que los virus o las bacterias; de hecho, no hay vacuna aceptada contra ninguno de ellos. "Se juntan los dos factores: son más difíciles y se investigan menos", coinciden los expertos. Pero en los países desarrrollados no resultan especialmente destructivos: ni se diseminan fácilmente, porque les faltan eslabones de su ciclo de transmisión (por ejemplo, el mosquito Anopheles en el caso del paludismo), ni son fatales para quien los padece, siempre que se diagnostiquen a tiempo.

Los casos que acaban mal, que también los hay, son los que se pillan tarde: "Cada año se declaran entre tres y cinco fallecimientos por malaria, y eso que muchos casos no se declaran dice Corachán.

"Los médicos de atención primaria deberían acordarse de preguntar si ha habido algún viaje reciente. Este tipo de dolencias, que en las facultades ya casi ni se estudian, empezarán a verlas cada vez con más frecuencia", advierte Corachán. El trata en los últimos años entre 30 y 45 casos anuales de paludismo, cuando hace una década raramente alcanzaban los 15 casos.

El impacto del sida

Otra razón para que estas enfermedades "olvidadas" vuelvan a estar de moda en el mundo desarrollado es el sida, que deja a los enfermos sin defensas a merced de estos parásitos oportunistas. En el caso de la tuberculosis, esto ha contribuido a que el bacilo causante se haga resistente a los tratamientos convencionales."El caso de la tuberculosis es típico: casi habíamos abandonado la investigación por pensar que ya no era importante y ahora llevamos un gran retraso en fármacos, en vacunas... Es un error seguir con la óptica de que hay enfermedades de pobres, porque serán enfermedades de ricos de aquí a cuatro días", apunta Jorge Alvar, del Instituto de Salud Carlos III, de Majadahonda.

Sin embargo, los datos de tuberculosis de este centro -el de referencia español para enfermedades infecciosas- son más optimistas de lo esperado. Según los responsables de esta área, "efectivamente, ha habido un aumento, pero temíamos un boom de la tuberculosis mayor de lo que se está detectando en realidad".

En la mayoría de los principales hospitales hay hoy salas especialmente preparadas para tratar enfermos de tuberculosis, evitando el riesgo de contagio al, resto de los pacientes, muy alto si se tiene en cuenta que por cada caso declarado los expertos calculan que hay al menos cuatro personas bajo riesgo.

Pero éste es el aspecto de las enfermedades tropicales que queda más cerca de casa. En los países en vías de desarrollo el panorama es distinto, y no sólo porque sí hay vectores para los parásitos o porque las diarreas pueden ser mortales por la falta de agua potable.

Rogelio López-Vélez, del Servicio de Medicina Tropical del hospital Ramón y Cajal, en Madrid, se pregunta: ¿Cuándo llegará a África la terapia combinada contra el sida? Ésta será la enfermedad tropical más importante dentro de poco. En Zaire, el sida afecta al 40% de los enfermos hospitalizados; los pocos recursos sanitarios casi no se pueden dedicar a otra cosa.

Profesionalidad

Y está, por supuesto, la malaria. El epidemiólogo Pedro Alonso, del Clínico de Barcelona y colaborador de Manuel Patarroyo -autor de la única vacuna actualmente en ensayo a gran escala contra esta enfermedad-, se muestra optimista en cuanto a la "mayor concienciación de Estados Unidos y Europa", especialmente tras una reunión internacional celebrada en Dakar hace un año.A la investigación de la malaria hoy se dedican unos 60 millones de dólares en todo el mundo: "Una miseria", según Alonso. De ese dinero, aproximadamente un millón de dólares anuales salen de España, sobre todo, a través de proyectos de cooperación.

Este último aspecto también fue debatido en la reunión de expertos celebrada en Chinchón: los especialistas en medicina tropical, la mayoría con muchos años de experiencia de campo en zonas subdesarrolladas, piden más participación en los proyectos de cooperación internacional. Están convencidos de poder aportar profesionalidad y conocimientos científicos a un campo en el que, según Alonso, "aún reina la filosofía del 'vamos a ayudar a los pobres negritos", y en el que "no bastan jóvenes voluntariosos que lleven comida y reparen pozos, sino que se requiere especialización".

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