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Gloria Moure vincula su destitución a la "política involucionista" del PP

Las instituciones culturales gallegas denuncian las "presiones" de la Xunta

Xosé Hermida

Gloria Moure dice que intentó que el Centro Galego de Arte Contemporáneo (CGAC) contribuyese a "cambiar un país desde la cultura" pero acabó topándose con quienes "pretenden que nada cambie para tener un terreno seguro donde moverse". Moure firmó ayer su cese como directora del museo gallego, sin ahorrar críticas al "sector reaccionario" del PP gallego que llevaba tiempo exigiendo su cabeza. "Pero esto no es algo exclusivo de aquí" advierte Moure, "forma parte de la situación involucionista de la política y la cultura españolas".

La consejería de Cultura de la Xunta trató de evitar la ruptura pública ofreciendo a Gloria Moure (Barcelona, 1946) que continuase como comisaria de exposiciones, pero la destituida directora del CGAC se negó a aceptar. Ayer mismo comenzó a recoger sus pertenencias mientras se multiplicaban las adhesiones e incluso el anuncio de protestas públicas de los estudiantes de Bellas Artes. Varios miembros del patronato del CGAC están molestos por no haber sido consultados y al menos dos de ellos, los catedráticos Simón Merchán y José Jiménez, amenazan con dimitir.Horas antes de la destitución de Moure, el pasado lunes, las principales instituciones culturales de Galicia -Consello da Cultura, Academia de la Lengua, Colegio de Arquitectos, Facultad de Bellas Artes y asociaciones de artistas, críticos y escritores- enviaron al presidente de la Xunta, Manuel Fraga, una carta quejándonse de las "presiones de determinados sectores de la Administración" sobre el CGAC y pidiendo la continuidad del proyecto. Pero la decisión de destituir a Moure era ya irrevocable. "Porque están dispuestos a lo que sea para que este país no cambie", comenta Moure.

Fraga

Moure aún salva a Fraga, su principal valedor en los últimos años "Es un hombre culto", afirma, "que siempre se ha interesado por conocer y que no sólo venía a inaugurar las exposiciones, sino que le gustaba hablar con los artistas. Pero resulta una pena que este presidente que tiene Galicia, un gran político y un personaje fuera de toda norma, carezca de un equipo que le acompañe".Fue la intervención de Fraga la que permitió su nombramiento hace tres años. Pero desde el principio Moure asegura que se encontró con una actitud política de "cierta hostilidad", que en los últimos meses derivó en un "boicoteo". Según la ex directora, la Administración ha retrasado la apertura de diversos servicios del centro, como la biblioteca, la cafetería y la tienda; no ha regularizado la situación contractual de su equipo de trabajo y ha demorado la aprobación de diversas propuestas.

Gloria Moure relaciona directamente su destitución con otros episodios similares que han surgido tras la llegada del PP al Gobierno, como el abandono del anterior director artístico del Teatro Real, Sthéfane Lissner, o la renovación del Patronato del Museo Reino Sofía. "Se está manipulando la cultura a base de controles políticos", concluye con firmeza.

El proyecto del CGAC tal como está concebido, insiste Moure, es "único en Europa" ya que, más que un museo, ha tratado de funcionar como un "centro de cultura", con actividades docentes y participación de escritores, filósofos, músicos y arquitectos. La Xunta insistió ayer en que la destitución de Moure no obedece a razones políticas sino a discrepancias sobre su modo de gestión. El director de Patrimonio Artístico, Angel Sicart, acusó además a Moure de exigir un salario "que triplicaba el de un consejero" y reclamar "la estancia, manutención y viajes a Barcelona, su lugar de residencia habitual". "Se dicen cosas con una impunidad que te deja helada", replica Moure, quien asegura que su salario era de 480.000 pesetas mensuales y que el Gobierno autónomo incumplió su promesa de completar esa cantidad con pluses por ocupar la comisaría de determinadas exposiciones.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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