El Congreso chileno "rechaza y repudia" la incorporación de Pinochet al Senado
, Por primera vez desde que reinició sus sesiones en marzo de 1990, después de casi 17 años de dictadura en que permaneció clausurada, la Cámara de Diputados aprobó ayer una declaración de "rechazo y repudio" a la incorporación al Senado del actual jefe del Ejército, general Augusto Pinochet. Votaron a favor 56 parlamentarios gubernantentales, y en contra 26 diputados de la derecha. Además, 40 diputados gubemamentales reclaramaron una sesión especial el próximo miércoles para discutir el papel que ha desempeñado Pinochet en la transición a la democracia.
La histórica determinación de la Cámara baja, la rama más representativa de la democracia chilena -todos sus integrantes son elegidos en votación directa, a diferencia del Senado-, constituye una clara reprobación moral al ex dictador y una bofetada a la derecha y al Ejército, que defienden la ejecutoria de Pinochet durante el régimen militar (1973-1990) y con posterioridad. La decisión, sin embargo, carece de efectos jurídicos prácticos para impedir el próximo nombramiento de Pinochet como senador vitalicio, después de que pase a retiro de la jefatura del Ejército.El diputado socialista Jaime Naranjo, promotor del proyecto, consideró la resolución de la Cámara como una "condena moral" contra el general. Explicó que se trata de que "el general Pinochet sepa que no es una persona que va a ser bien recibida, y que por lo menos una parte del Congreso le expresa su rechazo, su repudió y lo condena".
Momento histórico
En los casi ocho años de democracia, es la primera ocasión en que la Cámara de Diputados, ubicada en Valparaíso, a 110 kilómetros de la capital, dedica una sesión completa a debatir y repudiar a una persona. En la reunión parlamentaria votaron más de tres cuartas partes de los 120 diputados. Según el texto de la declaración, la Cámara acordó "manifestar su rechazo y repudio a la asunción como senador vitalicio del general Augusto Pinochet por considerar que su presencia no ayuda a la reconciliación entre los chilenos, ni al reencuentro entre civiles y militares, y deteriora la imagen internacional de Chile y, muy especialmente, del poder legislativo".La votación fue precedida por un debate tenso y áspero entre los parlamentarios de la coa lición gobernante de centro-izquierda y los de la derecha. El diputado socialista José Viera Gallo afirmó que una persona que "usurpó un poder al que llegó de facto repugna a la conciencia democrática", para añadir que "no es posible que un personaje como Augusto Pinochet se siente en el Parlamento". Para Viera Gallo, la aprobación del proyecto es "un acto de dignidad moral por todas las víctimas que hubo en este país". Criticó a los detractores de la iniciativa por estar "pegados a las faldas de un dictador".
Uno de los que le replicó en la sala, el jefe del grupo parlamentario de la derechista Renovación Nacional, Claudio Rodrí guez, calificó el proyecto de acuerdo como "panfletario, demagógico, falso e inconsecuente, debido a que contradice la propia acción del Gobierno".
Poco después, en un segundo paso de la escalada de acciones para obstaculizar la llegada de Pinochet al Senado y someterle a un juicio político, 40 diputados de todos los partidos gubernamentales pidieron la celebración de una sesión especial el próximo 14 de enero para debatir sobre el papel desempeñado por el general en la transición, y si se ha ajustado a la Constitución.
Sin embargo, dos propuests que sí podrían tener efectos concretos para el futuro del ex dictador todavía se debaten dentro de la coalición gubernamental. La primera es la iniciativa de una acusación constitucional contra Pinochet que propuso el fin de semana pasado un grupo de diputados democristianos por estimar que éste dañó gravemente el honor de la nación. Y la segunda es una petición al Tribunal Constitucional para inhabilitar a Pinochet como senador vitalicio, debido a que no cumple con el requisito de haber sido un presidente electo en las urnas.
El Gobierno ha considerado "inconveniente e injustificada" la presentación de una acusación constitucional contra Pinochet, porque podría alterar la sucesión del mando en el Ejército y afectar a la transición.
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