Farmaindustria pagará 30.000 millones del ahorro sanitario, según su pacto con Sanidad

Cuando el ministro de Sanidad, José Manuel Romay, afirmó que ahorrar 65.000 millones de pesetas este año en farmacia era un objetivo "inamovible" no hablaba en vano. Y ni un ápice se ha movido en el principio de acuerdo alcanzado a última hora del lunes con Farmaindustria. Entre 31.000 y 35.000 millones saldrán de la exclusión de unos 700 fármacos de la Seguridad Social. El resto, 30.000 millones anuales, los pondrá la industria tras un compromiso por dos años, renovable, que no impedirá tampoco la imposición de una baja da de precios en algunas especialidades.

Farmaindustria, la patronal que reúne a los laboratorios españoles, ha claudicado finalmente a la mayoría de las pretensiones del ministerio: ahorrar 65.000 millones anuales de una factura que supera los 800.000 en todo el Sistema Nacional de Salud. Tras largas y duras negociaciones, ha accedido a doblar la aportación de sus beneficios que ahora ya hacen los laboratorios al Estado. Y además, ésta ya no será porcentual, según el crecimiento del gasto en farmacia, sino fija unos 30.000 millones- cada uno de los dos próximos años.El acuerdo, en efecto, tiene una validez de dos años, como quería la industria, pero "renovable automáticamente por otros dos", aseguran, por su parte, fuentes del ministerio.

Precios libres

El acuerdo tampoco ha evitado el medicamentazo. Aún no está decidida la lista de fármacos de baja eficacia terapéutica o para síndromes menores que serán excluidos de la financiación pública. Pero Sanidad avanza que pueden verse afectadas entre 600 y 700 especialidades. Eso sí: aquí Farmaindustria ha podido hacer valer sus pretensiones. Desde el ministerio no se ponen por ahora objecciones a que tales productos se sigan recetando en el seno de la Seguridad Social, advirtiendo al paciente que tendrá que pagar su precio íntegro.Esta medida permitiría seguir con sus medicinas habituales, sobre todo para patologías menores, a muchos pacientes. Además, satisface una de las demandas de la industria: que no se confunda calidad del fármaco con su exclusión de la financiación pública. La Administración también parece dispuesta a liberalizar su precio, una vez que están fuera del seguro público, lo que podría encarecerlos.

La tercera espada de Damocles, la reducción de precios de aquellos fármacos que siguen en el seguro, caerá igualmente implacable. Será selectiva, no para todos como quería ministerio, y afectará a algunas de las especialidades más caras.

Ambas partes prevén sellar el compromiso el 15 de enero, a falta de concretar todavía algunas cuestiones. Entre ellas, con trapartidas para la industria como algún tipo de apoyo fiscal a la investigación, o el paso de algunos fármacos de prescripción al catálogo de especialidades publicitarias (por tanto, de venta y precio libre).

De la misma forma, queda por concretar cómo "aminorar", explican fuentes de la industria, el impacto del acuerdo en el segundo año. Farmaindustria pretende aportar algo menos en 1999, teniendo en cuenta la previsible evolución a la baja del gasto farmacéutico a partir de la introducción de los genéricos -un 25% más baratos- y de los precios de, referencia. Esta última medida se implantará a lo largo de los próximos seis meses, y supondrá que, a partir de un precio, el del genérico correspondiente, si un ciudadano quiere un fármaco más caro deberá pagar la diferencia.

El ministro de Sanidad, José Manuel Romay se mostró ayer satisfecho por el principio de acuerdo y aseguró, durante una visita a un centro de acogida de enfermos de sida en Aranjuez, que el dinero ahorrado se invertirá íntegramente en prioridades sanitarias.