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"España puede reducir bastante sus emisiones"

Bill Hare lleva mucho tiempo ocupándose de los acuerdos internacionales sobre cambio climático. Pero si al principio de la década este físico de 41 años abarcaba la cuestión desde la perspectiva de asesor del Gobierno de su país (Australia), ahora trabaja en el lado de los ecologistas, y asiste a la Cumbre del Clima en Kioto como experto de la organización Greenpeace. Considera que la de la Unión Europea es la mejor propuesta entre las que los países desarrollados han puesto encima de la mesa, pero critica el acuerdo intracomunitario que permite a España aumentar hasta un 17% sus emisiones hasta el 2010.Pregunta. ¿Qué opinión tiene hasta ahora de esta Cumbre del Clima?

Respuesta. Desgraciadamente se han hecho pocos progresos. La cuestión principal, la reducción de emisiones, se deja para que decidan los ministros la semana que viene.

P. ¿Qué le preocupa más: acabar la conferencia sin un protocolo o que se logre un protocolo vacío de contenido efectivo?

R. Lo segundo. Nos preocupa mucho que se alcance un protocolo lleno de agujeros, tan lleno de excepciones en el control de las emisiones de gases de efecto invernadero que de hecho permita aumentarlas. EE UU está presionando también en este sentido. Se intenta dejar fuera del protocolo los gases hidrofluorocarbonos (HFCs) y consentir el comercio de emisiones; la UE propone excluir del control los combustibles del transporte aéreo y marítimo... cosas que al. final pueden suponer aumentar en un 30 o un 35% las emisiones de los países desarrollados. Nos molesta mucho lo que está haciendo Japón, proponiendo dejar fuera los HFCs, que esencialmente pretenden defender la industria química contra los intereses del planeta.

P. ¿Qué postura defiende Greenpeace en la cumbre?

R. Queremos una reducción significativa de las emisiones de los gases de efecto invernadero por parte de los países industrializados, un 20% de reducción en el 2005 respecto a 1990.. Es lo que pide la Asociación de Pequeños Estados Insulares, pero somos conscientes de que la mayoría de los países desarrollados no lo aceptaría.

P. ¿En qué basan esa cifra del 20%?

R. Se trata de reducir lo más posible el ritmo del cambio climático, y para ello, dicen los científicos, hay que bajar las emisiones. Este 20% sería sólo el primer paso; es más o menos lo preciso para lograr que el calentamiento sea inferior a 0,2 grados centígrados por década.

P. Ustedes también proponen incluir seis gases de efecto invernadero en el control de emisiones y no sólo el CO2 el metano y el óxido nitroso.

R. Estamos presionando especialmente para que se incluyan ya en la reducción los gases industriales, sobre todo los fluorocarbonos, que son muy potentes desde el punto de vista del efecto invernadero y de muy larga vida en la atmósfera. No queremos que esto se quede para más tarde.

P. ¿Qué opinión le merece la postura de la UE?

R. Es la mejor oferta de los países industrializados, pero no es suficiente.

P. ¿Y el reparto interno de cargas en la UE que permite a varios países incrementar sus emisiones?

R. Nos disgusta mucho. España incluso podría reducir muy significativamente sus emisiones en lugar de aumentarlas. Su país está en una situación muy favorable para hacer reducciones porque es un territorio soleado y puede jugar un papel muy importante en la energía solar y otras renovables. Podría incluso llegar a ser un suministrador de estas tecnologías para Europa, algo muy positivo desde el punto de vista económico, además de una mejora desde el punto de vista medioambiental. Greenpeace está haciendo una campaña muy fuerte en España para que reduzca sensiblemente sus emisiones.

P. ¿Están unidos todos los grupos defensores de la naturaleza presentes en Kioto?

R. Estamos aquí alrededor de un centenar de grupos y es una gran familia. Como en todas las familias hay discusiones, grandes diferencias en pequeñas cuestiones. No todo el mundo tiene exactamente las mismas, ideas en todo, pero eso es muy saludable.

P. ¿Cuál es su posición respecto a los países en desarrollo?

R. Es una postura equivocada e injusta exigirles compromisos ahora. Es lógico que los países en desarrollo tengan miedo de que sea un nuevo intento de colonización económica. Una obligación legal para ellos sólo puede venir después de la de los desarrollados.

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