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Samper quiere dejar como herencia en Colombia un ambicioso plan de paz

Berna González Harbour

El presidente de Colombia, Ernesto Samper, quiere dejar una flamante herencia después de un mandato abrupto y jalonado por las acusaciones y los castigos de Estados Unidos. A seis meses de las elecciones presidenciales, Samper está intentando recabar apoyos internacionales a una propuesta de paz que contempla la desmilitarización de una parte de Colombia para que los guerrilleros puedan llegar hasta la mesa de diálogo.

Sus consejeros para la paz y los derechos humanos, Daniel García-Peña y Sonia Eljach, culminaron ayer en España una gira europea en busca de esa mediación internacional. Será, si se logra llevar adelante, el legado para un futuro Gobierno que, según la voz de las encuestas, podrá estar presidido por su propio delfín, Horacio Serpa. En la gráfica descripción que hizo García-Peña, "nosotros diseñamos el menú y otros lo comerán".Hablar de paz se ha convertido en el gran tema de esta precampaña electoral que vive Colombia. Tras el eco que encontró en el mundo el plan de paz del candidato liberal Juan Manuel Santos, apoyado por Gabriel García Márquez y que buscó en España en octubre la mediación de Felipe González, cada candidato o líder que se precie ha diseñado ya su propia propuesta. Pisando ya el realismo mágico, el jefe militar de Colombia, Manuel José Bonet, llegó a proponer una "huelga sexual" de las mujeres de todos los bandos hasta que sus maridos depongan las armas.

"Se ha generado una competencia entre todos los candidatos a ver quién tiene el mejor plan de paz, y eso es bueno. Aunque cada uno tenga sus propios matices, en el fondo todos quieren lo mismo: poner fin al conflicto armado", asegura García-Peña.

Este conflicto armado se ha multiplicado e imbricado de tal forma en la realidad del país a lo largo de 33 años que hoy suma ya cuatro frentes: guerrillas, paramilitares, narcotráfico y delincuencia común. Éstos son los principales puntos concretos de la propuesta de paz del presidente Samper:

- La paz debe pasar a ser una política de Estado, no de Gobierno. Para ello es necesario crear un consejo nacional de paz que integre a instituciones y sociedad civil. Este órgano ha sido ya aprobado por la Cámara de Representantes y pasará próximamente al Senado.

- Se ha de firmar un acuerdo marco entre la guerrilla y el Gobierno que fije las reglas para establecer el camino hacia la paz.

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-El Gobierno acepta que para ello se pueda fijar una zona de distensión temporal en el país que permita la reunión con la guerrilla y la toma de medidas para facilitar la llegada de la guerrrilla a ese lugar.

- Participación internacional y de grupos civiles en el proceso.

- Aunque los paramilitares no estarán invitados en ese diálogo al mismo nivel que la guerrilla, se mantendrán contactos "simultáneos y separados" con ellos para encontrar la manera de incluirles en el proceso de paz.

En respuesta al plan de paz de Santos y de García Márquez, que pretendía aglutinar a todas las fuerzas de Colombia con la única excepción del propio presidente, la Unión Europea declaró en su momento que no apoyaría ninguna iniciativa que no fuera lanzada por Samper. Sus consejeros han viajado estos días por varios países europeos para concretar esas palabras. Ayer aseguraron que cuentan con el apoyo de Bruselas y de varios países comunitarios a título individual. "La UE y varios países nos han comunicado que cualquier participación formal debe ser definida por las partes y que cuando así lo pidamos están dispuestos a ayudar", declaró ayer Daniel García-Peña.

En primera línea se han mostrado Holanda y Suecia, además de la UE, que cuenta con experiencias concretas en Guatemala y El Salvador. España ha mostrado anteriormente su voluntad de participación, aunque en esta ocasión el ministro de Exteriores, Abel Matutes, no recibió a los consejeros. Éstos sí se reunieron ayer con representantes del PP, PSOE, IU y PNV. A diferencia del plan de paz de Santos y García Márquez, los portavoces de Samper sí dejaron claro que no buscan a Felipe González ni a otras personalidades destacadas para actuar como mediadores.

Esperando respuesta

En lo que respecta a las dos guerrillas de Colombia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), García-Peña declaró que ya ha hecho llegar a sus líderes este plan de paz y que el Gobierno está a la espera de respuesta. "Las guerrillas tienen su propio tempo. Sabemos que hay discusiones en el interior de la guerri lla y que ellos ya no debaten sobre si hay que negociar o no. Ahora debaten sobre cuándo y cómo negociar".Colombia, con 28.000 homicidios al año, es el segundo país del mundo, después de El Salvador, en la tasa de muertos por homicidio por habitante. Han sido esos altos índices de violencia los que movilizaron a los grupos cívicos, protagonistas de las iniciativas que hoy pueblan los despachos de los candidatos.

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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