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PRESUPUESTOS DEL ESTADO PARA 1998

A lomos de una economía boyante

El menor coste de la deuda reduce el déficit

El Gobierno ha elaborado unos Presupuestos para 1998 con la ventaja de que el buen escenario económico le permite suavizar el rigor que implica elaborar un presupuesto que crece por debajo del crecimiento nominal de la economía sin poner en cuestión las variables básicas de su política económica. Ahora queda a la esperar de que el Banco de España apruebe una nueva rebaja de los tipos de interés en la subasta del día 3 de octubre,De todas maneras, el principal esfuerzo en las reducción del déficit público proviene del descenso de los gastos financieros, consecuencia de la bajada de los tipos de interés. Se trata, sin duda, de un escenario casi envidiable: previsión de aumento del PIB del 3,4% para el próximo año., disminución del desempleo y menor coste de su sostenimiento, incremento de ingresos por la mayor actividad económica y el crecimiento de la inversión, estimada en un 6,9%, inflación contenida (2,1 %) y expectativas de nuevos descensos de los tipos de interés.

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Embrollo fiscal

Pero a pesar de ello, el Gobierno no ha podido incorporar a los presupuestos una clara definición de sus proyectos de política fiscal, convertida en un verdadero embrollo. Ayer mismo, el ministro Rato no concretó cuál es el porcentaje de presión fiscal que contemplan los nuevos Presupuestos. Las propias cuentas presentadas se limitan a recoger que la presión tributaria sobre el PIB se mantiene respecto al año anterior: 17,4%. La presión fiscal (impuestos, tasas y cotizaciones sobre el PIB) a final del ano pasado era del 35,6%.

Mientras tanto, las cuentas para el próximo año contemplan un crecimiento de la recaudación de los ingresos por impuestos indirectos (sobre los gastos de consumo) tres veces superior a las de los directos (los que gravan las rentas y el patrimonio). Un 9,5% frente a 2,7%, lo que pone de manifiesto que el objetivo de reducir el déficit siempre pasa: factura. Además, una nueva tabla del IRPF que no desvela ninguna intención de futuro.

En este terreno de la fiscalidad, los Presupuestos mantienen la ambigüedad incorporada en las contradictorias medidas que ha prodigado el Gobierno durante los últimos meses: reducciones selectivas de impuestos junto con aumentos en cadena de tasas e impuestos especiales cuando arrecian los apuros. Continúan las incógnitas sobre, el ahorro, acentuadas tras los anuncios matizados sobre posibles gravámenes a los fondos de inversión, en cuyo crecimiento desbocado también estaba una decisión gubernamental.

Tal y como se había anunciado, se generaliza un nuevo sistema de gravámenes que afecta a los ámbitos más dispares, desde la pintoresca tasa de aproximación a los aeropuertos a la subida de las primas de seguros.

Como ha quedado dicho, la bonanza económica ha permitido suavizar los sacrificios de unos Presupuestos que tienen como norte la reducción del déficit. Aún así, algunos ministerios con mayor componente de gasto social experimentan crecimientos claramente por encima de la media. Es el caso de Sanidad, con el 8,6% de aumento copando el 19,1% del gasto total del Estado.. Educación, otro ministerio gastador, crece el 6,4%, mientras Defensa lo hace igual quedando en el 48%. Queda pendiente de despejar quién dice la verdad, si el ministro de Economía o el presidente de la Generalitat de Cataluña, acerca de un acuerdo para entregar cantidades adicionales a las comunidades autónomas que tienen transferida la gestión del sistema sanitario.

En la misma línea, las políticas activas de empleo que incluyen la formación ocupacional y el fomento del empleo, crecen un 28%, aunque la mitad de ese crecimiento procede del ahorro en desempleo.

Alivio para Industria

Un aspecto novedoso es la concesión de recursos adicionales al Ministerio de Industria, a quien la voracidad de Economía al constituirse el primer Gobierno del PP, había dejado prácticamente sin recursos. El crecimiento es del 131% y, alcanza los 245.000 millones. ¿Apuesta el Gobierno por desarrollar una verdadera política industrial más allá de las privatizaciones en cadena? De momento, los nuevos objetivos de Industria que explican los proyectos de presupuestos se limitan a anunciar la inversión de 38.000 millones hacia inversiones en infraestructuras en las cuencas de la minería de carbón: 177 kilómetros de carreteras y 247.000 metros cuadrados de suelo industrial.

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