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El historiador británico Paul Preston prepara una biografía "crítica pero muy positiva"` del Rey

El investigador destaca el carácter integrador y modernizador del monarca

Miguel Ángel Villena

La guerra de palabras sucedió a la guerra de cañones. Al menos para los historiadores franquistas, que, a juicio de Paul Preson, "convirtieron la historia de la guerra civil en propaganda". Heredero de una prestigiosa tradición de hispanistas británicos, y autor de una difundida obra sobre el dictador -Franco, caudillo de España-, Preston prepara una amplia biografía del rey Juan Carlos. "A la figura del Rey se le puede dar una óptica crítica, pero las conclusiones son muy positivas", comentó ayer el historiador en un curso sobre historiografía de la guerra civil.

En opinión de Preston, que destacó el carácter modernizador e integrador de la Corona en España, la gran ventaja de Monarquía española frente a británica radica en que la primera "no ha de cargar con el pasado ni con la grandeza imperial". El profesor británico, nacido en Liverpool en 1946, identificó a la Corona británica con un carruaje dorado y a la española con una moderna motocicleta, al tiempo que subrayó en una breve charla con periodistas que la actuación de don Juan Carlos ha sido muy positiva para España, incluso con el coste de sacrificios personales para el Rey".Tras comentar que "la renuncia a la violencia ha sido un pilar de la democracia española", Preston admitió que "una gran parte del pueblo ha tenido que silenciar sus rencillas, sus deseos de venganza en pro de la consolidación de la democracia". Esta suerte de pacto de silencio sobre parte de la memoria reciente de España es lamentada como historiador por Preston, pero alabada como observador político.

Apasionado desde hace décadas por la historia contemporánea de España, Preston tuvo que aguantar muchos insultos de ideólogos de la dictadura como el historiador Ricardo de la Cierva. "Este señor", contó Preston, "llegó a decir que en Liverpool habían nacido cinco chicos, de los que cuatro [los Beatles] se dedicaron a la canción y el quinto [Preston] a contar mentiras". En un aula repleta con más de un centenar de alumnos, el historiador comentó que los 36 años de dictadura sirvieron también para "eliminar muchos datos sobre la represión la la represión y la corrupción". "En muchas ocasiones", aclaró, "fueron policías, militares o sacerdotes quienes eliminaron documentos históricos. El entorpecimiento de la labor investigadora fue la prolongación de la guerra por otros medios".

Preston destacó la tarea de embellecimiento de la figura del general Franco a la que se dedicaron los historiadores del Régimen cuando calificaron la sublevación militar y la guerra como "cruzada", cuando fomentaron el orgullo de un Ejército africanista o al definir el conflicto como un enfrentamiento entre "los custodios de los valores cristianos y las bárbaras hordas ateas".

El papel de Tuñón de Lara

En los años sesenta una cierta apertura al exterior de las nuevas generaciones obligó a Manuel Fraga, como ministro, y a Ricardo de la Cierva, como responsable del Centro de Estudios sobre la Guerra Civil, a modernizar la imagen del franquismo. Fueron tiempos, según Preston, en los que comenzaron a romperse las interpretaciones monolíticas. Surgía en París, de la mano de anarquistas y de comunistas, la emblemática editorial Ruedo Ibérico y el ya clásico libro de Hugh Thomas sobre la guerra civil se convertía en un éxito de crítica y de público, pese a la clandestinidad. Historiadores anglosajones, así como Tuñón de Lara, desde su exilio francés, empiezan a contar "de un modo más objetivo y riguroso" la historia de la guerra civil.Al mismo tiempo, Preston recalcó ayer que había que utilizar "con mucho cuidado", pese a sus valiosas aportaciones, la historiografía de algunos vencidos como los comunistas Ignacio Hidalgo de Cisneros o Enrique Líster, entre otros. El profesor británico en salzó la obra. La España del siglo XX y comentó que Tuñón de Lara había sido capaz de olvidar su pasado de combatiente republicano para publicar un texto ágil y equilibrado. En cualquier caso, la represión franquista impidió a los historiadores españoles acercarse con libertad a la guerra civil. Así, las obras imprescindibles de aquella época se deben a autores extranjeros como Gerald Brenan, Raymond Carr o Gabriel Jackson. Con la agonía de la dictadura y la transición democrática irrumpe "un alud de libros de historiadores españoles agrupados en torno a Miguel Artola, Josep Maria Jover y, sobre todo, Tuñón de Lara, catalizador de los estudios sobre la guerra".

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