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56º FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Terenci Moix: "Los libreros son los amigos íntimos de los escritores"

El escritor recibe un homenaje por su aportación a la feria

Emocionado, "aturdido" y muy contento, Terenci Moix recibió ayer el homenaje de la Feria del Libro. "Lo que más me gusta" dijo, "es que lo hayan organizado los libreros". "Ellos son los amigos ín timos del escritor, los mediadores más directos, eficaces y, en mi caso, entrañables, con los lectores. Mi agradecimiento para los libreros de Madrid y para los de toda España: Vivimos de vosotros y a vosotros os lo debemos todo", concluyó.

Presidió el acto, en la Casa de Vacas del Retiro madrileño, el director general del Libro, Fernando Rodríguez Lafuente, que analizó la literatura de Terenci Moix desde El día en que murió Marilyn hasta El amargo don de la belleza. Destacó el trabajo del escritor como traductor de Shakespeare, así como su habilidad para crear "belleza con las palabras", y señaló el "desusado ejercicio de sinceridad" que practica Moix en todos sus libros y su habilidad para gratificar al lector y ofrecer al mismo tiempo "literatura de calidad".El escritor tiene problemas de artrosis en la mano derecha y firmar le cuesta más que hace un año, quizá por eso no ha desembarcado en el Retiro hasta el último fin de semana de feria. "Además, no tengo ninguna novedad reciente, pero estos días me voy a entregar a fondo. Me encanta encontrarme con los lectores".

En su haber hay cientos de anécdotas, de las que recuerda con cariño la de un cinéfilo de Toledo que viajó a la feria madrileña con el único objetivo de hacerle una pregunta. "Oiga', me dijo, '¿cómo es que Woody Allen no ha hecho una película de su novela ¡Amami, Alfredo!? Sería el director ideal para llevarla al cine". El escritor se quedó estupefacto. "La verdad, no había pensado en ello", le respondió. "¿Se puede hacer algo?". "Ni idea", y, muerto de la risa, le propuso al apasionado lector: "¿Por qué no le envía un telegrama?".

A lo largo de trece ferias sus libros más solicitados han sido El peso de la paja, Garras de astracán y No digas que fue un sueño. "Es lo mejor, que se acerquen con títulos antiguos o con ediciones de bolsillo, más asequibles. Eso quiere decir que los libros no mueren", afirma.

Están de suerte quienes desean la continuación de sus memorias. Este verano se encerrará para enfrentarse al tercer volumen (los dos primeros son El peso de la paja y El beso de Peter Pan). Se centrará en los años 60 y piensa titularlo Extraño en el paraíso. "Será muy duro. Pensé que esa época nunca iba a pasar. La Gauche Divine, el antifranquismo, tantos amigos muertos, Néstor Almendros, Jaime Gil de Biedma, Pasolini, Elsa Morante, María Aurèlia Campmany... Imprescindibles. Es difícil continuar sin ellos. Te proyectan hacia un tiempo imposible".

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