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Cultura anuncia la creación inminente de un registro de películas españolas

Díaz Yanes denuncia la dependencia de las coproducciones

La creación de un registro de negativos de películas españolas, con la finalidad, de regular las autorías, es un proyecto "prioritario e inminente" del Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), según anunció el jueves su director, José María Otero, en un debate entre productores y cineastas celebrado en Madrid. Lo que se convocó como una discusión en torno a la ley de cine se convirtió en pretexto para hacer tabla o pantalla rasa sobre los males endémicos que rodean a la producción y proyección del cine español.

"Si una película cuesta 500 millones de pesetas y luego no recauda suficientemente, pues que sus promotores se dediquen a otra cosa", dijo Otero. "La Administración pública no puede ser confundida con una productora, y hasta ahora ha cundido un peligroso proteccionismo en ese sentido". Su visión moderadamente optimista sobre el. desarrollo último del cine español -cotejada con cifras tales como que, mientras en 1994 alcanzaba sólo el 7% dela producción total, en 1996 ascendió al. 16%; o que el presupuesto para cine se ha elevado a 400 millones de pesetas en el presente ejercicio- fue rotundamente- contestada, por el productor José Luis Olaizola y el director Agustín. Díaz Yanes. "Desde comienzos de los años ochenta arrastramos un perfecto vacío legal que sólo se imposta a base de parches, y retales, y la nueva ley no es ninguna excepción a esa dinámica de improvisación", dijo Olaizola, "Para apreciar la desventaja de nuestro cine, basta indicar que el 90% de la recaudación del año, pasado se correspondió con sólo siete películas norteamericanas", señaló.

Díaz Yanes abundó en esta, idea: "España es, por un lado, un país cautivo de las multinacionales norteamericanas; y, por, otro, vive el problema de la necesidad de las coproducciones con países europeos, especialmente con Francia, que se ha convertido en cabe za rectora de la producción de cine del continente", dijo el director de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Un fuerte agravio comparativo para las películas españolas, según recalcó, es su escasa permanencia en cartel; "sobretodo fuera de las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, pues en el resto. del territorio la promoción comienza muchas veces a cundir efecto cuando las cintas ya han sido retirada".

Según Gualberto Baña, director de la Unión Internacional de Productores (UIP), "se trabajan con demasiada urgencia los guiones y se estrena sin la debida promoción. previa". "Eso es porque, cuando se acaba la producción, ya no nos queda dinero, ni para los carteles", ironizó Díaz Yanes.

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