Un fraude fácil
Cada una de las Organizaciones Comunes de Mercado (OCM) en la Unión Europea, a las que se destinan anualmente unas ayudas en torno a los siete billones de pesetas, tiene sus problemas de fraudes que la Comisión trata de atajar con mayor o menor fortuna. El olivar no es una excepción.
Según la actual OCM para este sector, Bruselas destina como ayudas para el aceite de oliva unos 2.000 millones de ecus, equivalentes a unos 330.000 millones de pesetas. El pago de estas ayudas se hace de dos formas.
Por la primera vía, la Unión Europea paga una ayuda fija a los agricultores con una producción inferior a los 500 kilos de aceite. Para determinar esta ayuda fija se tienen en cuenta los árboles de cada pequeño agricultor multiplicado por el rendimiento medio que exista en cada zona teniendo en cuenta los resultados de los últimos años. Eso supone que ese agricultor cobra una subvención segura por el solo hecho de tener olivos, siempre que solicito las compensaciones, al margen de los kilos que produzca y que cobra la misma aunque no justifique la venta de un solo kilo.
En España, la producción teórica por este sistema no llega al 7% del total. Además, la comunidades autónomas, a sugerencia de la Agencia para el Aceite de Oliva, hacen controles a los pequeños productores para ver si venden aceituna a la almazara de acuerdo con sus teóricos rendimientos. Si no coinciden las cifras, se investiga cada caso.
Una segunda vía, la que domina en el sector, es la ayuda a la producción real. Los agricultores perciben una ayuda de unas 240 pesetas por kilo realmente producido en almazara.
Doble subvención
La vía para el fraude se halla en la gran capacidad de maniobra de los pequeños productores. Este colectivo, que ya tiene asegurada la ayuda, tiene la opción de vender su aceituna a un gran productor que cobraría, a su vez, la subvención correspondiente. Puede vener incluso la aceituna más barata. De esta forma, un mismo aceite estaría percibiendo una subvención doble. Ello supone un aumento en el gasto para las arcas comunitarias. Igualmente, da lugar a que un mismo aceite se contabilice dos veces.En Italia, el aceite teórico producido por la vía del pequeño productor llega a superar el 60% de la cifra de su producción oficial. La Comisión Europea es consciente de este fraude, aunque no ha tomado medidas para su corrección en la última década.
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