España suspenderá su contribución al fondo ambiental de la ONU

España, Estados Unidos y el Reino Unido suspenderán su contribución al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) si su consejo ejecutivo se niega a implantar reformas y modificar su estructura, según ha anunciado un portavoz de la organización, reunida esta semana en Nairobi. Los tres países solicitan la creación de un subcomité que supervise la administración del PNUMA, cuyo resupuesto para el periodo 1998-1999 será de 5.050 millones de pesetas.

, El PNUMA está gobernado por un comité de embajadores de los países miembros acreditados en Nairobi, sede de la organización, y donde periódicamente se reúnen los ministros de Medio Ambiente de los Estados miembros. Estados Unidos, el Reino Unido y España -representada por la ministra Isabel Tocino- encabezan un grupo de países decidido a que se supervise la administración del PNUMA entre los periodos de sesiones. "El Reino Unido suspenderá sus aportaciones si la organización no cambia", ha declarado John Gummer, ministro británico de Medio Ambiente.Los ministros favorables a que se cree una subcomisión de control son partidarios de asignarle facultades ejecutivas superiores a su propio nivel de representación. Quienes se oponen estiman que la creación de una nueva figura administrativa duplicará las funciones e incrementará la confusión. En la inauguración de la sesión el pasado 27 de enero el PNUMA publicó un informe de 500 expertos donde se manifiesta la degradación del medio ambiente en el mundo y el agotamiento de los recursos por la actuación del hombre y la contaminación a una velocidad que impide su sostenibilidad.

Pérdida de empuje

El PNUMA vivió sus mejores horas antes y durante la Cumbre de la Tierra en 1992, informa . Se encuentra bajo fuertes ataques, de los países occidentales, especialmente de Estados Unidos, que acusan a esta agencia de la ONU de ineficacia y tener una estructura cara. El organismo ha perdido indudablemente empuje y protagonismo desde la Cumbre de Río, lo que se traduce en su inoperancia para conseguir que se avance en el cumplimiento de los convenios (Cambio Climático y Biodiversidad) que se firmaron en el clima de euforia de Río.

Mientras tanto, los problemas de entonces se han agravado, como pone de relieve el informe de los 500 expertos.