Vargas Llosa equipara el racismo nazi al de Sabino Arana

El escritor híspanoperuano Mano Vargas Llosa equiparó ayer en Valencia la concepción racial del fundador del PNV, Sabino Arana, con la del siniestro dirigente nazi Alfred Rosenberg. Este político nazi, destacado por su crueldad extrema, ordenó deportaciones en masa de judíos y ucranios hacia los campos de exterminio. Rosenberg fue ejecutado tras el juicio de Nuremberg. Vargas Llosa hizo esta equiparación en una mesa redonda del congreso del proyecto III Milenio, al ironizar sobre la escasez de autores "legibles" que defiendan el nacionalismo.Vargas Llosa matizó, en una conferencia de prensa posterior, sus palabras. "Quizás he exagerado al acercar a dos personas que tienen más diferencias que semejanzas. Pero hay un aspecto en el que coinciden: el aspecto racial. Sabino Arana incurrió en esa aberración que es hacer que la raza corresponda a un valor. No conozco toda la biografía de Sabino Arana, pero en su obra aparece la connotación racial como fundamento del nacionalismo", indicó el escritor.

"La raza considerada como valor es inevitablemente una fuente atroz de discriminación, de violencia y, potencialmente, un desafio terrible a la coexistencia de las naciones", agregó Vargas Llosa.

Nacionalismo pacífico

Sin embargo, el escritor reconoció el papel positivo de los partidos nacionalistas en la política española. "El PNV y Convergéncia i Unió han desempeñado y desempeñan un papel muy importante de sustento de la democracia española", señaló Vargas Llosa. El autor de La ciudad y los perros estableció, además, "diferencias importantísimas" entre el nacionalismo "pacífico" del PNV y CiU y el que esgrimen los terroristas de ETA y elf IRA.El escritor hispanoperuano vertió críticas tajantes contra el nacionalismo en el primer congreso de III Milenio, que concluyó ayer. "El nacionalismo es una ciudad imaginaria, heredada de una cierta tradición utópica, de una construcción artificial y sin fundamento histórico. Pese a ser artificial, el nacionalismo tiene un gran atractivo para algunas personas porque apela a la sinrazón, a lo que Popper llamó el espíritu de la tribu: el rechazo del otro, del que tiene la piel de un color distinto, del que adora otros dioses... Se trata de ese espíritu tribal que nos lleva a buscar lo afín, a sentimos más confiados dentro de lo semejanté", señaló Vargas Llosa. No obstante, el escritor distinguió un nacionalismo "positivo" que se recoge en la obra de Herder. Es éste un nacionalismo "que defiende el derecho de las culturas pequeñas a ser respetadas y que defiende el derecho del débil frente al fuerte".

De todas maneras, Vargas Llosa insistió en criticar la vertiente "negativa" del nacionalismo. "En Última instancia, el nacionalismo es una ideología de tipo político reñida con ese principio de la cultura democrática que es la tolerancia, el respeto de la diferencia".