Una red de contactos internacionales asesora a Alberto Fujimori para solucionar la crisis
La decisión final la tomarán, sin duda, los Gobiernos peruano y japonés, pero esto no ha impedido al presidente Alberto Fujimori ponerse al frente de una red de contactos internacionales de diferente carácter para tratar de solucionar la crisis. Ayer todo giraba en torno al ministro de Exteriores nipón, Yukihito lkeda, quien fue informado en detalle de la situación por el propio Fujimori y por las personas directamente relacionadas con las gestiones en curso. El hotel San Isidro -donde se aloja el canciller japonés con su comitiva de un centenar de personas-, la embajada ocupada, el palacio presidencial y los cuarteles del Ejército se han constituido en puntos de referencia y tienen un tráfico intenso de personas y vehículos.
Según un diplomático que conoció directamente la actuación mediadora del embajador de Canadá, Anthony Vincent, el presidente Fujimori no parece muy partidario de facilitar una entrevista entre el diplomático y el líder del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), Víctor Polay, encarcelado en la base naval de El Callao, cerca de Lima. "Las autoridades dijeron que ya han tenido 30.000 muertos en la guerra contra el terrorismo y saben cómo tratar el problema".La reunión de Vincent con Polay es una de las exigencias del comando ocupante, que también pretende el pago de un "impuesto revolucionario" y la libera ción de los 480 militantes del grupo procastrista encarcelados en diferentes penales del país, todos ellos puestos en estado de alerta y reforzados policialmente. "No fue posible la entrevista porque el Gobierno puso muchas pegas", dijo el diplomático informante.
Las negociaciones de la crisis se desarrollan en varios frentes y con criterios a veces divergentes: el Gobierno se pronuncia poco y confusamente sobre su disposición para negociar o no un problema de dimensiones internacionales y citó a los directores de los medios de comunicación locales para hablar sobre la política informativa de cara a la crisis. Japón, por su parte, presiona para lograr un acuerdo pacífico, económico incluso sí es preciso, y más drástico se pronuncia Estados Unidos, poco amigo de concesiones. Washington ha enviado a Lima un equipo especial de policías y agentes del FBI.
El ministro japonés de Asuntos Exteriores se reunió en el hotel Olivar con los embajadores canadiense, Anthony Vincent, y estadounidense, Dennis Jett, así como con el representante de la Cruz Roja Internacional, Michel Minnig, el hombre que más acceso tiene al comando secuestrador y carga con uno de los mayores pesos en esta crisis.
Tras las entrevistas desarrolladas en el hotel, situado muy cerca de la residencia ocupada, todos se manifestaron confiados en una conclusión pacífica, aunque sin precisar cómo va a lograrse. "He informado al ministro del papel humanitario que está jugando la Cruz Roja Internacional y sobre la situación de los rehenes. La preocupación general es que esto se solucione", declaró el intermediario suizo antes de dirigirse de nuevo a la Embajada en poder del comando del MRTA.
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