EE UU dice que ya hay sintonía con la UE para presionar a Cuba
Estados Unidos considera que ha habido un acercamiento de posiciones con la Unión Europea (UE) sobre Cuba que permite hablar de "sólido acuerdo común" en cuanto a las presiones para la transición a la democracia del régimen castrista. Washington considera que el plan aprobado el lunes por el Consejo de Ministros de la UE es la oportunidad para desactivar el conflicto creado a causa de la ley Helms-Burton, y sugiere que la consecuencia del acercamiento se traducirá en una nueva prórroga, por parte del presidente Bill Clinton, de la aplicación del Título III de la ley.
El espíritu de luna de miel que los norteamericanos imprimen a la presión sobre Castro repercute también en las negociaciones que se celebran en Ginebra para evitar el choque sobre la ley Helms-Burton en el seno de la Organización Mundial del Comercio.Thomas McLarty, consejero especial de Clinton para Latinoamérica, elogió ayer la decisión tomada en Bruselas a propuesta de España, que condiciona las relaciones con La Habana a los avances en la democratización y en el respeto a los derechos humanos. McLarty consideró "muy estimulante" el enfoque comunitario, mientras recordó la frustración de EEUU por los nulos resultados de la política tradicional de presión.
El asesor de la Casa Blanca y amigo personal del presidente no entró en ningún detalle sobre lo que valoró como "sólido acuerdo común" para la democratización, el respeto a los derechos humanos y la apertura económica de La Habana, y dijo que EEUU "seguirá presionando en favor de la transición pacífica hacia la democracia en Cuba".
El acercamiento entre Washington y Bruselas debe traducirse en el fin de los problemas en relación con la ley Helms-Burton, sobre cuyo aspecto más importante Clinton debe decidir antes del 16 de enero. El Título III de esa ley entró en vigor el pasado verano, pero inmediatamente se abrió un periodo de gracia de tres meses. Al concluir ese plazo, Clinton suspendió provisionalmente la capacidad de actuación judicial que prevé la ley contra los ciudadanos extranjeros que "trafiquen" con propiedades expropiadas por el Gobierno de Cuba a ciudadanos norteamericanos, incluidos los cubanos con nacionalidad norteamericana.
Al aproximarse la fecha de la eventual nueva prórroga, todo indica que Clinton volverá a dejar en suspenso la aplicación de la ley. Mike McCurry, portavoz de la Casa Blanca, señaló el martes que, aunque la UE no ha recibido ninguna garantía de que habrá una nueva suspensión, la actitud comunitaria "será sin duda un factor a tener en consideración". Según McCurry, uno de los objetivos de la Helms-Burton era "concentrar la presión internacional sobre Castro para cambiar la naturaleza de su régimen". McCurry se congratuló también, como hizo McLarty, de que haya "una enérgica voz común en favor de la democratización y la liberalización de Cuba".
En realidad, después de celebradas las elecciones -y de que Clinton ganara en el difícil Estado de Florida con la ayuda de parte del voto cubanoamericano-, EEUU no tiene el menor interés en chocar con Canadá, México y los países europeos a causa de la Helms-Burton, que sustituyó, después del derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, a la política de la Casa Blanca de los "pasos cuidadosamente calibrados" de estímulo de la democratización en Cuba. En opinión de un diplomático europeo que sigue de cerca la posición del Gobierno de EEUU sobre el régimen de Castro, "había ya grandes posibilidades de que la aplicación de la ley se prorrogara nuevamente" antes del endurecimiento de la UE. La decisión de Bruselas "supone el impulso final, el refuerzo definitivo de esas posibilidades".
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