Estilo y deconstrucción
La madurez, la honestidad y el talento se reúnen en la persona de ese gran artista de la danza que es Cesc Gelabert para ofrecer uno de los mejores espectáculos de baile contemporáneo que se han visto en Madrid en los últimos años. El aparato escénico es sobrio, las luces de efecto rasante redibujan la danza y la articulación fluída.Si ya su Jardiner era un precioso y preciosista juguete de alta estética, esta vez la velada se compone de dos coreografías que establecen, entre ellas,' una complicidad de vasos comunicantes y pesos de balanza. En la primera hay sueño y trascendencia, y un cierto contenido filosófico como argumento, y en la segunda, lenguaje de técnica pura, abstracta, tal que llega a recordar al Balanchine de Agon en su concepto espacial y su desnudez cargada de electricidad.
Gelabert-Azzopardi Companyia de Dansa
Armand Dust 2: Cesc Getabert David Linton; Sed-(Thirst):C. Gelabert / Matthias Kirschke, Padre Soler y Cesc Gelabert; vestuario: Lydia Azzopardi. Festival de Otoño. Teatro Albéniz, Madrid. 7 de noviembre.
Los trajes de Azzopardi destilan buena cultura, desde la cofia del siglo XVII (las vimos con el mismo esplendor en Barry Lindon) al evocador traje manierista que viste KylieJane Wilson o el bonete botonado de Cesc): son vestidos y accesorios eficaces en el color y en la forma que se adhieren al. baile, lo que debe ser su función primera.
El estilo de este catalán, reconocible en la pose y la dinámica, luce un esplendor imaginativo que transmite energía y velocidad hasta el vértigo, siempre con algo de orgánica solemnidad en el planteamiento. Su solo sobre el Fandango del Padre Soler al final de Sed (Thirst) es una pieza virtuosa que puede vivir por sí misma fuera de la obra de la que es parte; pero lo más importante es la cohesión en la lectura total de las obras, el uso de la pose y del acento terrenal (donde vive su pasado neoyor kino, Cunningham especial mente) como colofón musical y verdadera novedad, una impronta de la deconstrucción alimentada por su poso de di bujante. El escaso público (una pena: debe ser visto atenta mente por enterados y neófitos) aplaudió y concedió bravos calurosos al artista.
Babelia
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