Menores márgenes
REDUCIR EL gasto farmacéutico, verdadero talón de Aquiles del sistema público de salud, se ha convertido en los últimos años en un objetivo prioritario de la política sanitaria. En el escenario de Maastricht, ese objetivo resulta además inaplazable. Ello explica que Sanidad haya decidido recurrir a la vía del decreto para Imponer a los farmacéuticos y al sector de distribución mayorista de medicamentos su cuota de participación en la rebaja de la factura global de farmacia en 1997. A partir del 1 de enero próximo, sus actuales márgenes comerciales de 29,9% y 12% sufrirán una reducción de dos puntos y un punto, respectivamente. Ello supondrá a la sanidad pública un ahorro de unos 3 1.000 millones de pesetas.La medida ha sido cuestionada por los farmacéuticos como "impropia de la democracia". Pero su actitud de ahora sería más creíble si hubiera sido la misma en 1982. En aquella ocasión no protestaron porque se fijaran por decreto los márgenes comerciales de que gozan desde entonces y que figuran entre los más generosos de Europa. No pueden quejarse de que se les quite por decreto algo de lo que se les dio por decreto. En todo caso, Sanidad no podía arriesgarse a que un hipotético compromiso de los farmacéuticos sobre la reducción de sus beneficios -negociado a trancas y barrancas desde julio- quedara, una vez más, en agua de borrajas.
A falta de consenso, Sanidad ha hecho lo que debía para impedir que la factura farmacéutica -más de 800.000 millones de pesetas en 1996- roce el billón en 1997. Aunque no existiera Maastricht, el control de un gasto farmacéutico desbocado sería indispensable para la supervivencia del sistema sanitario público. La racionalización pasa por atacar las causas que provocan su crecimiento. Entre otras, la ausencia de una verdadera competencia por el precio en los medicamentos. Si ésta existiera -el uso de genéricos y la fijación de un precio de referencia pueden ayudar a establecerla-, es posible que fueran innecesarios acuerdos forzados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.