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Editores y libreros unen sus fuerzas para mantener el precio único de los libros

El Ministerio de Cultura convoca una reunión para tratar de conciliar posiciones

Ha cundido el pánico entre libreros y editores españoles: el Ministerio de Educación y Cultura parece decidido a liberalizar el precio de los libros y no están dispuestos a aceptarlo, aunque si a negociar: quieren para España un pacto a la alemana: es decir, que los, tres sectores implicados (editores, libreros y distribuidores) participen en cualquier decisión. En Alemania, el espaldarazo lo ha dado el Parlamento y el propio canciller Kohl, que anunció recientemente en Leipzig que se mantendrá el precio único. La beligerancia por la liberalízación es mayor en los libros de texto.

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Una tragedia para Europa

La Federación de Gremios de Libreros y de Asociaciones de Libreros de España está rotundamente en contra de la liberalización de los precios. "Se empieza por los libros de texto y no se sabe dónde acaba", afirma Carlos Pascual, presidente de la federación. "Es una campaña desatada por las grandes superficies que, con la excusa de vender libros de texto, aprovechan para colar otros productos. El problema es que la opinión pública está convencida de que los libros de texto son caros y que es lo único que repercute en el presupuesto familiar". Cuando Pascual habla de "grandes superficies" se refiere a supermercados e hipermercados, no a grandes centros, como El Corte Inglés, o a cadenas de librerías, como Crisol, ambos al lado de los libreros en esta guerra.Ante las fuertes presiones de unos y otros, el Ministerio de Educación y Cultura está intentando conciliar posiciones y ha convocado una reunión con representantes de editores y libreros que se celebrará mañana.

El real decreto 484 establece que los libros se venderán en toda España con un precio único, sea cual sea éste, al que sólo se podrán aplicar descuentos de un 5%, lo que garantiza, según Emiliano Martínez, consejero delegado de Santillana, "un acceso homogéneo de los consumidores al libro". Hay coincidencia: el libro no es una mercancía como las otras. "Books are different", gritó más que dijo, en Francfort, Gerhard Kurtze, presidente de la poderosa Asociación de Editores y Libreros Alemanes. "El libro es un bien económico pero también cultural. Su distribución perfila la cultura de una sociedad. El precio único es, pues, un compromiso entre un sistema de economía libre y el mantenimiento de unos valores culturales".

La mano del mercado

Emiliano Martínez explica la aparente contradicción que existe entre precio único y libre competencia: "De lo que no hay duda es de que al precio de un libro, de un determinado libro, se llega por la mano del mercado. El editor estudia los costes, desde el papel a los derechos de autor o la distribución, y fija el precio. Si yo edito, por ejemplo, un diccionario y lo pongo a la venta por 4.000 pesetas y otra editorial publica uno similar por 6.000, el consumidor podrá elegir, pero ambos mantendrán el mismo precio en todas partes con el único posible descuento de un 5%".¿Qué pasaría si se liberalizase el precio de los libros? "Eso de que va a beneficiar al consumidor es una falacia terrible", asegura Juan de Isasa, presidente del Gremio de Editores de Madrid: "Yo saco un libro a 100 pesetas y un supermercado lo vende con un 30% de descuento, ¿quién pagará ese 30%? El consumidor, porque yo aumentaré el precio para que el vendedor lo rebaje". Consideran libreros y editores que los efectos más perniciosos serían para las pequeñas y medianas librerías y editoriales, muchas de las cuáles podrían incluso desaparecer. "Y tan grave como esto: desaparecería la pluralidad cultural. Si un pequeño editor saca un excelente libro minoritario y tiene que aplicarle descuentos no podrá soportarlo y se hundirá", asegura Gonzalo Pontón, consejero delegado del grupo Grijalbo-Mondadori. Y añade Carlos Pascual: "Sólo quedarán los 500 best-sellers de turno".

El presidente del consejo de la Feria del Libro de Francfort, Roland Ulmer, sacó a relucir hace unos días, con mucha ironía, lo sucedido en el Reino Unido tras la liberalización de los precios del libro. Es uno de los pocos países europeos donde ha retrocedido el negocio editorial. "Disminuyó en un 4,5% entre 1994 y 1995, a pesar o a causa de la supresión del precio único. Y no ha variado durante este año. En los últimos 12 meses el precio de los libros ingleses ha aumentado por término medio un 6,7%, ello también a pesar o a causa del levantamiento del precio único. La liberalización no ha comportado, pues, ninguna rebaja de los precios en las grandes superficies. Al contrario, han perdido el deseo de hacer rebajas". Según nuevos datos, el precio de los libros en Gran Bretaña ha experimentado en los últimos cuatro meses un incremento del 7,6% y descendieron las ventas en un 8%.

Kurtze aportó en Francfort otro caso que desaconseja la liberalización, el francés. Francia la. aplicó entre 1979 y 1982 y tuvo que rectificar ante la magnitud del desastre. Los editores y libreros alemanes están muy sensibilizados con el tema, porque la cadena austríaca de librerías Libro, luchando muy duramente para que se suprima el precio único, proyecta instalarse en Alemania. "La situación roza el absurdo. Una cadena austriaca, para la que los libros sólo representan la cuarta parte de sus negocios, está presionando a la Unión Europea para que suprima el precio único de los libros para poder ampliar sus ofertas especiales de los best-sellers".

Editores y libreros están convencidos de que la Comisión Europea acabará tomando cartas en el asunto y dictará una reglamentación común.

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