Una exposición intenta desmontar los argumentos que sustentan el racismo
'La Ciudad de la Diferencia' se inauguró ayer en Barcelona
"El peor enemigo con el que se enfrenta el movimiento antiracista no es el racismo, es su tendencia a trivializarse", explicó ayer el antropólogo Manuel Delgado, comisario de la exposición La ciutat de la Diferència que ayer se inauguró en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). a muestra, tal como explicó el director de esta entidad, Josep Ramoneda, tiene un carácter ideológico y de pedagogía cívica. Su objetivo es desmontar los prejuicios que provocan el racismo y concienciar al visitante de que la diversidad es necesaria.
La exposición, que a partir de febrero de 1997 se presentará en Madrid y después recorrerá otras ciudades españolas, cuenta con un espectacular montaje escenográfico con abundancia de elementos audiovisuales e interactivos en lo que se intenta implicar al espectador. Como ejemplo, a uno de cada veinte visitantes le colocarán un brazalete amarillo. Durante toda la exposición, varios carteles van lanzando mensajes racistas contra los "brazaletes amarillos" que van subiendo de tono hasta llegar a la discriminación final.La ciutat de la diferència está organizada por la Fundación Baruch Spinoza, una entidad sin ánimo de lucro surgida con motivo de los actos del Sefarad 92 y que tiene entre sus principales objetivos la lucha contra el racismo y la xenofobia. "Con la exposición pretendemos que el visitante se enfrente a sus creencias y revise si son creencias racionales o prejuicios", señaló David Grebler, presidente de la entidad. "Está dividida en tres grandes zonas. Una, muy didáctica, en la que a partir de una serie de preguntas se demuestra como la noción de etnia no tiene relación con la genética. En la segunda, experimental, se enseña como la diferencia es necesaria en sí misma y, por último, hay una tercera zona en la que se explican los conflictos desarrollados a partir de los prejuicios, que llevan a la marginación, la estigmatización y el racismo."
El objetivo, añade Grebler, es conseguir que el visitante salga con la conclusión de que "el diferente no es el otro, sino que el diferente soy yo". Delgado insistió en que el discurso de la muestra intenta hablar en serio del tema, sin "la retórica estética de los discursos antiracistas típicos".
Para explicar este discurso, la exposición utiliza diversos me, dios audiovisuales y escenográficos, ideados por un amplio equipo entre los que figuran Jordi Albet, David Cirici, Pati Núñez y Elena Calvo. La muestra comienza con una recreación a mediana escala de una torre de Babel, símbolo de la exposición, y continúa con una escenografía de bloques de cartón piedra que aluden a las ruinas de la torre tras el castigo divino. Aquí, fotografías, objetos, frases, elementos audiovisuales y máquinas experimentales muestran las contradicciones de los prejuicios más comunes.
Babelia
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