Condena islámica a escepción de las monarquías del Golfo

El mundo islámico ha condenado con mayor o menor rotundidad el ataque norteamericano contra Irak. Excepto las monarquías conservadoras del golfo Pérsico, enemigas directas del régimen de Sadam Husein, que han aplaudido la acción (Kuwait- dijo "entender por completo" la reacción de EE UU), las críticas son unánimes. El secretario general de la Liga Árabe, Esmat Abdel Meguid, calificó ayer de "ilegal" y de "violación de la soberanía de un pais miembro de la Liga" el ataque con misiles lanzado por EE UU, pero no anunció la convocatoria de una reunión extraordinaria.Siria, uno de los países árabes más reticentes a la política norteamericana en Oriente Próximo, dijo que esta acción militar pone en peligro la unidad de Irak y el equilibrio estratégico de la zona. El portavoz del Ministerio de Exteriores sirio dijo que el bombardeo "constituye una violación de la carta de la ONU".

Dos grupos palestinos exiliados en Siria, el, Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP) y el Frente Democrático de Liberación de Palestina (FDLP), critican al presidente de EE UU por "jugar a policía mundial" en busca de objetivos electorales. "Pedimos a la ONU y a la comunidad internacional que detengan la agresión", dijo un portavoz del FDPL. La OLP, de Yasir Arafat, necesitada de las ayudas económicas occidentales, puso sordina a sus comentarios. "Estamos en contra de los ataques contra Irak( ...) Son injustificados", dijo un alto cargo de la OLP.

Jordania y Egipto

Jordania, país que los últimos años se ha deslizado del apoyo tácito a Sadam Husein en la guerra del golfo Pérsico a un alineamiento con la política exterior de EE UU, "lamentó" la acción emprendida por Washington. "Jordania rechaza cualquier acción contra la soberanía, la integridad territorial o la unidad del pueblo iraquí", dijo en un comunicado el Consejo de Ministros. Egipto, otro aliado de EE UU, se mostró "preocupado" por la evolución de los acontecimientos.Irán, enemigo declarado de Irak e implicado en la lucha entre las dos facciones kurdas al apoyar al líder de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), de Jalal Talabani, dijo que la acción norteamericana "no tiene por objetivo mantener la seguridad de la población kurda, sino preservar los intereses de Clinton, que desea ser reelegido presidente".

Los partidos religiosos de Pakistán fueron más lejos al hablar de "conspiración" contra la "nación musulmana", y solicitaron una respuesta conjunta a Estados Unidos.