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Entrevista:

"Marte es un planeta con mala suerte"

El problema número uno es explicar el origen de la vida, y en esto puede aportar luz el reciente descubrimiento en un meteorito de indicios de vida en Marte, hace 3.000 millones de años, comenta Luis Ruiz de Gópegui. Pero este físico e ingeniero, que durante 30 años dirigió los programas de la NASA en España y autor de los libros Mensajeros cósmicos y Hombres en el espacio, no cree que haya alguna forma de vida evolucionada ahora en el planeta vecino.Pregunta. ¿Qué significa el descubrimiento de huellas de actividad biológica en Marte hace millones de años?

Respuesta. A los científicos siempre les ha interesado la posibilidad de vida en Marte porque de todos los planetas del sistema solares, después de la Tierra, el que más probabilidades, tendría de albergar vida.

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P. ¿Y en los otros planetas?

R. Nunca se ha pensado que en Venus pudiera haber vida, porque su atmósfera es tan densa que el efecto invernadero es tremendo y la temperatura en la superficie alcanza los 500 grados; a esa temperatura ninguna molécula gigante es estable. En Mercurio es imposible, está calcinado por el Sol, está demasiado cerca de la estrella. Y más allá de Marte las temperaturas son muy bajas. Sólo cabría imaginar vida en Europa -una luna de Júpiter- porque el calor interno puede hacer que haya agua en estado líquido bajo la capa externa de hielo.

P. Entonces, ¿puede haber vida en Marte ahora aunque las primeras naves exploradoras, hace 20 años, no la encontraran?

R. Yo creo que es muy improbable. La atmósfera de Marte es muy tenue, de manera que los rayos ultravioleta pasan con todo su esplendor y aniquilan cualquier posibilidad de vida en la superficie. Seguramente en el pasado los volcanes activos retuvieron una atmósfera mucho más densa que la actual que se fue perdiendo, con una gravedad menor que la de la Tierra, cuando acabó la actividad volcánica. En todo caso, se ha pensado que bajo los casquetes polares de Marte podría haber vida porque el hielo actuaría como una protección frente a la radiación.

P.¿En una perspectiva optimista de vida actual en Marte, que cabría esperar?

R. Sería vida primitiva, muy poco evolucionada, porque algo como vegetales o animales creo que habría sido detectado ya.

P. El hecho de que ahora no haya condiciones para la vida en Marte, pero que las haya habido en el pasado, da sensación de fragilidad del planeta.

R. Claro. Los planetas y la vida son muy frágiles. Lo vemos en la Tierra: estamos destrozando el medio ambiente, aumenta el efecto invernadero, sube la temperatura... No hace falta recurrir a una catástrofe atómica.

P. ¿Y Marte se estropeó enseguida?

R. Sí. Es un planeta que, no tiene la suerte que ha tenido la Tierra, porque está en el límite -casi fuera-de la ecosfera, es decir, la región en la que el calor procedente de la estrella hace que el agua pueda estar en forma líquida en un planeta. Pero siempre ha sido muy atractivo para los científicos, incluso hay ideas muy futuristas para hacer Marte habitable, alguna vez creándole una atmósfera artificial. También en Venus se intentaría reducir el efecto invernadero. Lo cierto es que si alguna vez la especie humana emigra, estos dos planetas son nuestros únicos refugios cercanos.

P. ¿Qué aportan ahora los compuestos orgánicos en el meteorito de Marte?

R. Una incógnita muy importante sobre el origen de la vida es que no se sabe si es un fenómeno relativamente común, es decir, si cuando hay productos químicos se va aumentando automáticamente su complejidad y aparece la vida, como dicen algunos, o si sólo en casos excepcionales puede aparecer la actividad biológica, como sostienen otros. Esto se puede aclarar algo con el descubrimiento de indicios de protovida en Marte, porque si tanto en la Tierra como en Marte ha aparecido la vida muy tempranamente, parece que nos inclinamos hacia la hipótesis de que es un fenómeno difícil, pero relativamente probable.

P. ¿No pudo venir la vida del espacio, como plantean otros científicos?

R. El premio Nobel Francis Crick, que ha estudiado muy a fondo el fenómeno de la vida, dice que no comprende cómo se originó en la Tierra y que acepta la teoría de que llegó de otro sitio donde las condiciones fueran mejores. Podría ser así, es decir, que fuéramos inseminados desde el exterior de forma natural tanto aquí como en Marte y en la Luna, aunque en el planeta vecino haya fructificado poco la vida y en la Luna, nada. Sería interesante ver si la estructura bioquímica de estos indicios que se han encontrado en el meteorito es igual a la nuestra, lo que apoyaría en cierto modo un origen común.

P. ¿Cómo se debe avanzar ahora en la investigación?

R. Lo mejor es lo que se está planeando: traernos piedras de Marte con robots que las busquen con las indicaciones de los geólogos y que nos las envíen desde allí con un cohete, para analizarlas aquí con mucho detenimiento. También se puede hacerlos aterrizar en los casquetes polares para perforar el hielo, ver si encuentran agua y mandar unas muestras que podrían tener indicios de evolución orgánica o bioquímica.

P. ¿Hay que ir con astronautas?

R. En teoría no hace falta, como en teoría no hacía falta ir a América. Pero el hombre es un explorador nato y si puede ir a Marte irá, aunque primero hay que lanzar robots.

Otra cosa que me parece muy interesante es continuar con la línea que se ha abierto al descubrirse planetas extrasolares, aunque ninguno, todavía, en el margen de ecosfera. Pero se ha encontrado el método de localizarlos y analizarlos. espectrográficamente en el infrarrojo para ver si tiene atmósfera y analizarla. Así, si encontrasen marcas de agua y ozono en algún planeta extrasolar indicaría la posible presencia de vida allí.

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