La FAO alerta sobre la escasez de agua que sufren 230 millones de personas de 23 países

EFE, Más de 230 millones de personas de 26 países sufren problemas con el agua, según un informe de la FAO, que destaca que el incremento de la producción alimentaria en África depende de una mejor gestión de los recursos hídricos. La solución aportada por expertos en el manejo de recursos hídricos de Estados Unidos, Canadá, México, Israel y Francia reunidos en el Seminario Internacional de Gestión Eficiente del Agua, clausurado ayer en el Estado de Aguascalientes (México), es privatizar la gestión del agua para hacer eficaz la distribución y evitar el despilfarro.

El documento ha sido preparado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para la próxima cumbre mundial sobre la Alimentación que se celebrará del 13 al 17 de noviembre en Roma. Según los expertos la FAO, es necesario que a partir de ahora se reconozca que ese "recurso que durante demasiado tiempo se ha considerado abundante y barato" es escaso y valioso. Su recomendación es que recoja el agua de lluvia para utilizarla en la producción de cultivos y forrajes cerca del lugar donde cae y se ordenen eficazmente todos los recursos hídricos.Según el informe, un país es deficiente en agua cuando el promedio de los recursos locales es menor de mil metros cúbicos por persona al año.

África y Asia son los continentes donde el agua escasea más y su calidad es peor. Para el año 2000, los cinco países mediterráneos del norte de África (Argelia, Egipto, Libia, Marruecos y Túnez) tendrán problemas de escasez del líquido elemento, al igual que los subsaharianos Mauritania, Kenia, Burundi, Ruanda, Bostwana, Malawi, Sudán y Somalia.

América del Sur está muy bien surtida y donde más se consume es en América del Norte. En Oriente Medio; precisa el informe, la explotación excesiva de las aguas subterráneas está causando daños irreversibles a los acuíferos, donde se filtran las aguas saladas.

De todo el agua del mundo, el 69% se destina para la agricultura, el 23% para la industria y el resto para uso doméstico. África, según el informe, disfruta en la actualidad de tan sólo un tercio del agua per cápita de la que disponía en 1960.

Por su parte, los especialistas reunidos en Aguascalientes aseguraron que los gobiernos no pueden por sí solos administrar adecuadamente el agua. Reservan para los poderes públicos una función de policía y vigilancia piara proteger a los sectores sociales más desfavorecidos y ciertas actividades que seguirán necesitando apoyos oficiales.

En opinión de los ponentes, se impone una nueva "ética del agua". Hoy, se dispone de un tercio del agua percápita de la que estaba disponible en 1970. Pero salvo en los países más desarrollados, la población no tiene conciencia de la imperiosa necesidad de ahorrar agua. Algunos de los datos de los oradores ponen los pelos de punta. Pese a su creciente escasez, en algunas ciudades de México se llega a perder el 60% del agua por fugas en los obsoletos sistemas de distribución. Pero, además, el derroche es la norma. Luc Ducornau, responsable de los programas de cooperación en materia de agua del Ministerio de Asuntos Exteriores francés, señaló que "en París el consumo se sitúa en 200 litros por habitante y día". En México, cada persona gasta 300 litros por día de promedio. Y la situación es mucho más grave en otros países.

Los profesores, técnicos y, por supuesto, los empresarios abogaron por la privatización o por la concesión a empresas privadas de los servicios de distribución. Con dos consecuencias inmediatas: la subida de las tarifas y la reducción o eliminación de los subsidios, enormes en algunos países para el sector, agrícola, que consume en el mundo el 65% del vital recurso. Aunque en los Estados en los que predomina la agricultura como motor de la economía el porcentaje supera el 80%.

Evitar el derroche

Sandra Postel, profesora estadounidense y ex vicepresidenta de Investigación del Worldwatch Institute, argumenta: "La comercialización por empresas privadas puede contribuir de forma decisiva a evitar el derroche y a distribuir mejor sin perjudicar el medio ambiente. Hay muchos ejemplos de que el consumo en las ciudades se puede reducir entre el 20% y el, 30%, en las industrias pueden disminuir su utilización del 50% al 80% y, en el campo, el ahorro puede alcanzar el 40%". Los oradores insistieron en limitar o poner fin a los ingentes fondos públicos que se destinan a subsidiar el agua, sobre todo en la agricultura. "En términos generales", añadió la experta de EE UU, "sólo se paga el 15% de su precio real, y esto desalienta el ahorro".