Exteriores endurece las subvenciones a ONG para ayudar sólo a las que cree "solventes"

El Ministerio de Asuntos Exteriores anunciará esta misma semana una modificación de los criterios para conceder subvenciones a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que llevan a cabo ayuda al desarrollo con el propósito de financiar solamente a las que poseen "experiencia y solvencia". El secretario de Estado de Cooperación Internacional, Fernando Villalonga, reveló ayer que la orden ministerial que modifica la política de subvenciones a las ONG será promulgada mañana o el jueves. En total, Exteriores concedía anualmente unos 10.000 millones a unas 120 ONG.

El objetivo de Villalonga es que en las dos siguientes convocatorias, la próxima tendrá lugar en otoño, sólo reciban fondos unas 50 ONG y, a más largo plazo, las afortunadas sean entre 10 y 12 verdaderamente " sólidas y que acrediten experiencia". "Sólo una docena pasarían ahora los criterios de una cooperación de calidad", afirmó.Villalonga se preguntó en un almuerzo en la Asociación de Periodistas Europeos por qué en Francia las organizaciones subvencionadas eran una treintena y en el Reino Unido una quincena mientras en España son ocho veces más. Las ONG que no reciban subvenciones están abocadas a desaparecer a menos que no se asocien con otras más veteranas.

La criba de las ONG se hará, según Villalonga, según criterios objetivos. A las que soliciten ayudas se les pedirá que demuestren su solvencia mediante una auditoría interna -quedarán prohibidas las auditorías cruzadas entre ONG que se efectuaban hasta ahora-; su plazo mínimo de funcionamiento previo deberá ser de cinco años en lugar de dos; la financiación pública no excederá, salvo casos excepcionales, el 80% de los proyectos de desarrollo en lugar del 100%; se les exigirá, por último, que el proyecto lleve la firma, mediante un logotipo, de la cooperación española.

El secretario de Estado pretende así acabar con "el maremagnum de siglas de organizaciones que han surgido en los dos últimos años" con el objeto de vivir al amparo exclusivo de las subvenciones públicas, sin aportar recursos propios, y cuyos cuadros carecen de profesionalidad. Muchas de ellas han cometido llamativos errores de gestión agravados por la selección equivocada de los socios locales que se han buscado en los países con los que cooperan.

Incumplimiento

Aunque rehusó acusar a ninguna ONG sí dejó claro Villalonga que entre las subvencionadas el nivel de incumplimiento "es altísimo". "Sólo una docena cumple a grandes rasgos con los programas y realiza el trabajo acordado". También señaló que a causa de la descoordinación entre administraciones públicas (Estados, comunidades autónomas, diputaciones, ayuntamientos) que hacen cooperación algunas ONG habían recaudado hasta un 50% más del dinero que necesitaban para llevar adelante un determinado proyecto.De ahí que preconice fomentar una auténtica coordinación "entre las 90 administraciones que se dedican a esto en España" para evitar que un proyecto sea financiado dos veces. "Esto no es muy difícil de conseguir", estimó. Más ardua será, en cambio, la tarea de lograr "un mecanismo eficaz de verificación y evaluación de la labor que llevan a cabo las ONG con las subvenciones".

Los recortes presupuestarios sólo deberían suponer, según Villalonga, una reducción del 5% al 10% de las subvenciones a las ONG y, en general, del conjunto de la cooperación. Aunque el secretario de Estado no lo reconoció abiertamente queda así descartado que en los próximos anos se alcance el compromiso, asumido por el Partido Popular, de dedicar el 0,7% del Producto Interior Bruto a la ayuda oficial al desarrollo. En 1995 la ayuda se situó en un 0,25%.

Cuotas a organismos

En los últimos años el esfuerzo en cooperación dé España se ha disparado. La escasa capacidad de gestión de la Administración y de las ONG ha incitado al anterior Gobierno a gastarse parte de esa partida presupuestaria incrementando voluntariamente sus aportaciones a organismos internacionales que brindan ayuda al desarrollo o humanitaria. Villalonga quiere rebajar algo estas transferencias porque algunos organismos, a los que tampoco citó, las gestionan de forma dudosa y, además, sus beneficiarios ignoran que proceden de España.