La UE se cebará en las empresas de EE UU que demanden a las europeas por la ley Helms-Burton
Por una vez, los Quince se pusieron de acuerdo en un conflicto importante en tan sólo 45 minutos. Sus ministros de Exteriores decidieron ayer responder con un paquete de represalias comerciales si el Gobierno, norteamericano sigue aplicando la ley Helms-Burton contra los inversores de otros países en Cuba. Europa elaborará una lista negra de las compañías norteamericanas que pleiteen contra las europeas instaladas en la isla caribeña y cada uno de sus Estados introducirá una ley nacional para que sus empresas puedan resarcirse con los activos de las litigantes estadounidenses.
El Consejo de ministros fue "unánime en sus condiciones, rápido en la deliberación, fuerte en su condena, resuelto y determinado en su actuación". Así se expresó al final de la reunión el comisario responsable de Comercio, el británico Leon Brittan. "He quedado sorprendido por la determinación y rapidez de los ministros: la Unión Europea (UE) ha demostrado capacidad de tomar decisiones", añadió, aún tratando de evitar colocar la etiqueta de crisis al litigio entre los dos grandes colosos del comercio mundial.Algunas represalias no se retirarán aunque el presidente Bill Clinton anuncie en la madrugada del miércoles la suspensión del artículo 3 de la polémica ley, el que permite a las compañías norteamericanas litigar ante los tribunales internos de EE UU contra las empresas europeas que hayan entrado en posesión de alguno de sus antiguos activos en Cuba. Las cuatro medidas acordadas no son exhaustivas. Se trata de sanciones a aplicar "entre otras" posibles. Son:
Recurso ante la OMC. La Comisión quedó mandatada para solicitar ya a la Organización Mundial del Comercio (OMC) un dictamen vinculante sobre el litigio (un papel, en la jerga comercial internacional). Puede hacerlo ya, puesto que el periodo de consultas previas obligatorias de 60 días concluyó el pasado 4 de julio. Para que el arbitraje sea de obligado cumplimiento, EE UU y la UE deben acordarlo previamente.
Restricción de visados. Los Quince acordaron modificar sus regímenes de visados de entrada (muchos no lo exigen) para los empresarios norteamericanos con intereses en Europa. El detalle de esta decisión queda a expensas de las decisiones de puesta en práctica que adopten los representantes permanentes.
Lista negra. Las empresas norteamericanas, que litiguen contra las europeas apoyándose en el artículo 3 de la ley anticastrista entrarán en una lista negra. Lógicamente, esta lista no existirá si Clinton aplaza la entrada en vigor del mencionado artículo.
Nuevas leyes neutralizadoras. Los Quince se conjuraron para introducir en sus legislaciones normas para neutralizar la aplicación de la ley Helms-Burton; o bien para utilizarlas si ya disponen de ellas, como ocurre con el Reino Unido. Estas nuevas leyes tendrán dos patas, según explicó el ministro español, Abel Matutes. La primera es el no reconocimiento de la ley Helms-Burton y por tanto de las sentencias dictadas en virtud de ella por los tribunales norteamerianos. La segunda es asegurar la posibilidad de que, si pese a todo se aplica la polémica ley, las empresas europeas que sean perjudicadas -a las que los jueces estadounidenses les embarguen o ejecuten determinados activos- puedan resarcirse mediante indemnización. Esta podrá provenir de los activos europeos de la empresa que les causa el perjuicio.
Para asegurar esto último -no siempre la litigante norteamericana contra una empresa española tendrá patrimonio en España, pero probablemente lo tenga en la UE- la Comisión quedó encargada de coordinar las nuevas normas, de forma que se asegure la "mutua ayuda" entre Francia y España, por ejemplo. El Gobierno español "está preparando ya estas medidas" y si la Comisión no actúa con la debida urgencia, Matutes aseguró: "Tomaremos las medidas unilateralmente".
La rápida reacción europea tiene como objetivo dejar bien claro a EE UU que no se va a conformar con que Clinton aplace la entrada en vigor del artículo 3. El resto de la ley ya está en vigor y las represalias contra empresas como el grupo turístico español Sol-Meliá se basan en el artículo 4, no en el 3. "Esta ley es la mejor propaganda que se puede hacer de Cuba porque consigue que todo el mundo se ponga contra EE UU", declaró Matutes, un ministro muy poco sospechoso de comunista. Matutes se defendió de las acusaciones de que su entrevista oficial con el anticastrista Jorge Mas Canosa fue inoportuna resaltando que en su caso se hizo a plena luz mientras su antecesor, Javier Solana, y el ex presidente del Gobierno, Felipe González, también le recibieron, pero casi nadie se enteró.
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