Cuba acoge a los secuestradores de Gaviria

Pilar Lozano Mauricio Vicent

Bogotá / La Habana - 14 jun 1996 - 00:00CEST

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La intervención del presidente cubano, Fidel Castro, fue determinante en la liberación el miércoles de Juan Carlos Gaviria, hermano del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) y ex presidente de Colombia, César Gaviria, secuestrado hace más de dos meses.El Gobierno cubano confirmó ayer que varios miembros del misterioso grupo Dignidad para Colombia, que tenía secuestrado a Juan Carlos Gaviria, llegaron la noche del martes a La Habana como parte de la negociación a tres bandas entre Cuba, las autoridades colombianas y los secuestradores. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba aseguró que su Gobierno "de conjunto con las autoridades colombianas, participó en la búsqueda de una fórmula honorable por medio de la cual llegaron a La Habana un grupo de los miembros de la organización que realizó el secuestro y algunos de sus familiares".

El portavoz, Miguel Alfonso, dijo que la mediación de Fidel Castro se realizó "a solicitud de los familiares de Gaviria, por razones estrictamente humanitarias y sin ánimo de inmiscuirse en los asuntos internos de Colombia". Alfonso añadió que el estatuto migratorio de los secuestradores se definiría atendiendo a las razones "humanitarias" que motivaron se llegada a la isla.

La imagen de Juan Carlos Gaviria, de 42 años, recién liberado conmovió a Colombia cuando, completamente demacrado y lloroso e incapaz de caminar, fue bajado en brazos de un helicóptero de la policía de Bogotá.

El director nacional de la Policía, el general José Roso Zambrano, explicó que detrás de Dignidad por Colombia "se esconde un viejo grupo guerrillero, el GEGA (Grupo Jorge Eliázer Gaitán), de clara tendencia procubana.

Aunque hay aún puntos oscuros, la hipótesis más barajada, para explicar lo ocurrido es ésta: la policía descubrió que el jefe del GEGA -el comandante Bochica-, un abogado de 50 años actualmente en prisión, dirigió desde su celda el secuestro. Las pistas llevaron a la detención de otros cabecillas, y de ahí surgió la idea del canje. César Gaviria, y probablemente el Nobel Gabriel García Márquez, intercedieron ante Castro, con la aprobación de Samper.

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