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El Congreso rechazó una iniciativa del PSOE e IU contra la ley Helms-Burton

La presión "angustiosa" del PP sobre sus socios de CiU y PNV impidió ayer que el Gobierno sufriera su primera derrota parlamentaria en el Congreso. Se salvó por los pelos, porque 162 votos en contra frente a 160 a favor impidieron que prosperase una proposición no de ley conjunta del Grupo Socialista y de Izquierda Unida en la que el Congreso pedía al Ejecutivo que promoviera una legislación que proteja a las empresas amenazadas por la ley HeIms-Burton, que refuerza el embargo de EE UU a Cuba.

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Coalición Canaria sufrió las mismas presiones por parte del PP, pero mantuvo el tipo y votó a favor de la proposición aunque sólo dos de sus cuatro diputados estuvieron presentes en el hemiciclo.La ley Helms-Burton, que establece sanciones contra empresas que comercien con antiguas propiedades norteamericanas expropriadas por el régimen de Fidel Castro, provocó un debate en el Congreso de tintes muy ideologizados. Luis Yáñez, en nombre del Grupo Socialista, defendió la propuesta con argumentos de tipo histórico, sentimental y de derecho internacional, para argumentar que se trata de una aberración jurídica ante la que el Gobierno español debe reaccionar.

Yáñez recordó que en la Comisión de Asuntos Exteriores, hace ahora apenas seis meses, se aprobó por unanimidad de todos los grupos una resolución contraria a la ley norteamericana antes de que ésta fuese adoptada por el presidente Bill Clinton.

Ángeles Maestro, en nombre de IU, subió a la tribuna y rozó el tono mitinero con una exhibición de casi todos los tics antinorteamericanos. "EE UU es el país del mundo que más veces ha violado el derecho internacional", dijo, y remontó hasta el incidente del Maine para explicar cómo Washington justificó la guerra contra España en 1898 y provocó la pérdida de Cuba.

José María Robles Fraga, del PP, respondió que la proposición de socialistas e IU iba mucho más allá de lo razonable y acusó a la oposición de mostrar "sumisión y vasallaje a reflejos ideológicos que impiden la unanimidad" para lograr un consenso en tomo a este tema.

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La intervención más singular corrió a cargo de Ignasi Guardans, en nombre de CiU, que recordó que le emocionaba subir a la tribuna 60 años después que su abuelo Francesc Cambó. Desgranó con brillantez argumentos contra la ley, pero al final de su intervención rectificó y explicó el voto negativo de su grupo, ya que, según dijo, los proponentes no fueron capaces de alcanzar un consenso.

Tras la ajustada votación, tres diputadas socialistas, Carmen Alborch, Teresa Fernández de la Vega y Carmen Calleja, afirmaron que, aunque habían votado a favor de la condena del embargo, creían que su voto no se había registrado en el marcador electrónico. Jesús Caldera, secretario general del Grupo Socialista, anunció que su partido pedirá la revisión del mecanismo electrónico, pero no solicitará que se repita la votación.

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