Santer critica a Major por el manejo de la crisis de las 'vacas locas'

El presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, criticó ayer la actitud del Gobierno británico a lo largo de la crisis de las vacas locas en una entrevista concedida a la radiotelevisión estatal del Reino Unido, BBC. Consciente de las pasiones que desata el tema, Santer procuró dar una de cal y otra de arena y aseguró que la Comisión hará lo posible para levantar la prohibición sobre los derivados del vacuno la próxima semana. Al tiempo, una encuesta del semanario The Observer muestra que la mayoría de los entrevistados (51%) culpa más al Gobierno británico que a la Unión Europea de la situación a la que se enfrenta el mercado cárnico, aunque un 61% apoya la reacción del Gobierno de bloquear la actividad de la UE.Los ánimos están exaltados en tomo a la cuestión del embargo que pesa sobre las exportaciones de carne de vacuno desde el 27 de marzo. Aun así, Santer recordó que ante todo se trata de un problema sanitario que es preferible resolver de común acuerdo. Santer consideró "muy difícil" que la UE fije un calendario preciso para el levantamiento del embargo. "Hay que comprender que de lo que se trata es de restaurar la con fianza de los consumidores", dijo. Sin embargo, las aspiraciones de Londres incluyen este calendario como pieza clave para deponer su actitud saboteadora en Europa.

Santer consideró "contraproducente" y erróneo el contraataque de Londres y su política de no cooperación con Europa. Recordó a los británicos que será necesario tomar medidas de erradicación de la epidemia de encefalopatía espongiforme bovina que padece todavía la cabaña nacional.

Pérdida de la mayoría

El suave rapapolvo de Santer abrió ayer nuevas fisuras entre los tories. Uno de sus diputados más populares, George Walden, contrario a la ola de patrioterismo que ha desencadenado Major para hacer frente a la crisis de las vacas locas, amenazó anoche con dimitir. "Personalmente no puedo seguir unido a un partido nacionalista de mentes estrechas si es eso en lo que se va a convertir el Partido Conservador", afirmó Walden, que de hacer efectiva su dimisión haría perder al Gobierno de John Major su mayoría parlamentaria, actualmente de un solo voto.Asimismo, un amplio sector del partido prepara un nuevo movimiento denominado Conservadores, Corriente Principal, con el que se proponen contrarrestar a los euroescépticos.

La división en las filas tories tiene un reflejo exacto en el Gobierno. Según el conservador The Sunday Telegraph, muchos de los ministros más derechistas, como el de Interior, Michael Howard, o el de Seguridad Social, Peter Lilley, y el de Escocia, Michael Forsyth, amenazan con dimitir si el Gobierno opta por una pronta rendición ante Bruselas.

Las declaraciones de Santer causaron división también entre los laboristas. Mientras el portavoz de Exteriores, Robin Cook, criticó la intromisión de Santer, el líder del partido, Tony Blair, acusaba a Major de sufrir una versión especial de BSE (siglas en inglés de la encefalopatía bovina), Blame Someone Else ("Culpe a cualquier otro") en un artículo en el dominical News of the World.