Sáhara sin cerrar, Ceuta y Melilla sin abrir

El Consejo de Seguridad de la ONU se dispone a tomar una mala decisión para el Sáhara, pero buena para España. El 31 de mayo aprobará presumiblemente el informe, del secretario general de Naciones Unidas, Butros Butros-Gali, en el que renuncia a celebrar el referéndum de autodeterminación y prevé reducir drásticamente el despliegue de Minurso, el contingente de la ONU en la ex colonia española.Aunque Rabat seguirá controlando la mayoría de su territorio, la situación jurídica del Sáhara no va a quedar zanjada. La diplomacia marroquí deberá, por tanto, consagrar la mayor parte de sus esfuerzos a obtener el reconocimiento internacional de su soberanía sobre ese pedazo de desierto.

Mientras esto suceda, no se dedicará de lleno a la "recuperación de los territorios expoliados", como se dice en Marruecos, de Ceuta y Melilla. "Mientras el dossier del Sáhara esté abierto, el de Ceuta y Melilla permanecerá cerrado o semicerrado", comenta un diplomático. El aplazamiento sine die del referéndum le viene bien a España.

Aunque Rabat no desencadene la ofensiva, las dos plazas de soberanía españolas siguen siendo al sur del estrecho de Gibraltar un tema recurrente. "Marruecos y España deben solucionar el contencioso territorial en suspenso que existe entre ellos", señalaba ayer el diario marroquí Le Matin.

Hassan II propuso hace años crear una "célula de reflexión" para ir buscando, sin compromisos, una solución al contencioso. En la última cumbre hispano-marroquí, en febrero, se creó el Comité de Aberroes, con ocho miembros de diversa procedencia, para debatir informalmente de problemas bilaterales. Varios medios marroquíes se han apresurado a presentarlo como un anticipo de la famosa célula.